Cuidarla, es obligación de aquel que tiene al Señor Jesús como Salvador. Sin embargo, de acuerdo al obispo Renato Cardoso, es importante tomar mucho cuidado, pues la familia es la fuente de las mayores y más fuertes emociones. “Eso sucede porque estamos emocionalmente ligados unos a otros”.
El obispo explica que es en el ambiente familiar que se puede sentir rabia, volverse agresivo y guardar rencor. “Agresividad, rabia, dolor, todas esas cosas son emociones que se acumulan en nuestro interior. Y eso es una forma de destruir la familia”, destaca.
El obispo comenta cómo interfieren las emociones negativamente en el comportamiento familiar. “Tal vez su hijo se haya portado mal y, rápidamente, usted lleva eso al lado personal. Usted cree que él está haciendo eso a propósito, sólo para irritarlo. Y puede ser que él apenas esté teniendo un mal día. Lo que va a suceder cuando usted permita que sus emociones actúen, es provocar las emociones de los demás, produciendo una ‘bola de nieve’”, ejemplifica.
El consejo del obispo a los que están enfrentando una situación difícil en casa es dar un paso hacia atrás en vez de reaccionar con la emoción. “¡Ore! Usted no tiene que arrodillarse para hacer una oración, tal vez sólo necesite salir de la sala y fingir que está yendo al baño; allí usted dice: ‘Dios, ilumíname. Yo no quiero agravar la situación, muéstrame qué debo hacer’. Entonces Dios le va a dar una dirección, y si Él no le muestra qué hacer, entonces no haga nada. Esto es muy importante para que usted pueda llevar y mantenerla dentro de su casa”, finaliza el obispo.
Reunión de la Sagrada Familia
La Iglesia Universal del Reino de Dios realiza todos los jueves una reunión especialmente dirigida a la familia. El encuentro está dirigido a aquellos que desean buscar la protección divina y armonía en el hogar. Es posible ver, en cada reunión, el Poder de Dios manifestándose y transformando diversas familias.
Participe de esta reunión a las 8, 10, 16 y 20 en Av. Corrientes 4070 o en una IURD más cerca y usted, ciertamente, conquistará una familia feliz y el hogar con el que siempre soñó.
“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”, (Hechos 16:31).