La ciencia comprueba: la fe está realmente asociada a buenos resultados en la recuperación de adictos a estupefacientes de cualquier orden. También produce otros aspectos positivos, como mayor optimismo en relación a la vida y más resistencia al estrés.
El estudio fue revelado en la última Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología (APA, en la sigla original), en Washington, Estados Unidos. Las personas que se recuperaron de vicios en drogas o alcohol (en algunos casos, ambos) fueron acompañadas por científicos de conceptuadas universidades norteamericanas, como las de Santa Clara y Alabama. Los que optaron por la fe como fuerza motriz presentaron resultados muy superiores a los demás en rehabilitación – además de los ya citados, un aumento de la capacidad de encarar la situación, valoración del apoyo de terceros, baja en los niveles de ansiedad y mayor satisfacción con la vida. Oración, creencia en Dios y más consciencia de la propia fe ganaron más importancia para las personas en franca recuperación.
El estudio también llevó en consideración algo importante: quien se apegó a la fe propiamente dicha o solo a la religión. La fe ganó por lejos en cuanto a los beneficios terapéuticos, mientras que la religión fue detectada solo como un “extinguidor” del estrés.
Aún más curioso: los investigadores concluyeron que los grupos protestantes tienen una relación mucho más cercana entre la fe y la salud psicológica, si son comparados a los católicos, especialmente en el control de la ansiedad.
Uno de los autores del trabajo, Thomas Plante, de la Universidad de Santa Clara, espera que los estudios ayuden a aumentar la cooperación entre miembros de organizaciones basadas en la fe y los profesionales de la salud. Estos grupos han trabajado en sociedad cada vez mayor en los últimos años, según el investigador, con resultados más positivos.
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