Dios tiene un plan para cada criatura. Él tiene un plan para usted, tiene un plan para cada uno de nosotros, sin embargo, ese plan requiere fe. A través de la vida por la fe llegamos hasta el propio Dios. El apóstol Pablo en Hebreos 11:6, dice: “Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Le hay, y que es Galardonador de los que Le buscan.”. Es decir, sin la fe viva, la fe sacrificial, la fe en la que usted sacrifica su yo, es imposible agradar a Dios. Ese es el quid de la cuestión, porque cuando Dios le pidió a Abraham que dejara su tierra, su parentela, la casa de su padre y que fuera a una tierra que Él le mostraría, pero que no le mostró en ese momento, Dios le estaba dando la opción a Abraham para que probara su propia fe. Porque Dios nos conoce, sabe si creemos o si no creemos.
El tipo de fe que agrada a Dios es la que lleva al sacrificio, que obliga a actitudes de coraje en las que usted queda en la dependencia total de Él. Usted transfiere su fe, su confianza hacia la Palabra de Dios. Cuando usted obedece a la Palabra, obedece a Dios. Cuando desobedece a la Palabra, desobedece a Dios.
Esto es una realidad.
El hecho es que es imposible agradar a Dios, acercarse a Él, sin ese tipo de fe: la fe que sacrifica, la fe que pone a disposición su confianza, que deja su confianza en lo que es visible por lo invisible. Eso se llama fe.
Y es obvio, cuando nos referimos a la fe sacrificial, no nos estamos refiriendo a conquistas materiales, pura y simplemente, porque estas son insignificantes en comparación con las grandezas espirituales de Dios.
Si fuera una fe cualquiera, una fe vulgar, una fe emotiva, una fe sin sentido, sensacionalista, nadie estaría afuera. La puerta, en lugar de ser angosta, sería ancha, todo el mundo podría entrar. Pero la fe que Dios quiere es una fe sincera, pura, es una fe que justifica a la persona, una fe de sacrificio, de confianza.
Quizás usted ha creído, pero en su vida no hay ninguna diferencia, eso es porque no ha aprendido que su fe sin la actitud valiente de dejar de depender de aquello que tiene en sus manos para depender de lo que Dios promete, ¡de nada sirve!
En el camino de la fe, en el camino del sacrificio, usted cambia lo visible que tiene en sus manos, lo seguro, por aquello que es invisible, supuestamente incierto. Dios solo puede mostrarse fuerte y poderoso en su vida a través de su fe.
Yo busco transmitirles una fe práctica, una fe que trae beneficios, porque yo sé que muchas personas nos critican a causa de las ofrendas y de los sacrificios. A causa del pecado de Adán y Eva, Dios instituyó el camino de la fe. Pero no se trata de una fe vulgar, emotiva, sensacionalista, sino de una fe plena.
Para tomar posesión de las promesas de Dios tuve que hacer mi parte, tuve que renunciar a mi vida, tuve que sacrificar mis proyectos personales, tuve que sacrificar mi futuro, tuve que sacrificar todo, ¡toda mi vida!
Entonces, mediante lo que Él hizo por mí, yo tenía que hacerlo por Él, en la misma proporción.
Que Dios los bendiga a todos en el nombre del Señor Jesús.
Secretos y misterios de la fe con el obispo Macedo, todos los domingos a las 18h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro y en todas las Universal del país por videoconferencia.
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