De acuerdo con los registros internacionales, el año 2014 fue el más caliente jamás registrado desde el inicio de las mediciones de temperatura, que comenzaron en el siglo XIX. De acuerdo con los datos provistos por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés), en 2014 la temperatura promedio en todo el planeta fue de 14,59 ºC, 0,69 ºC por encima del promedio del siglo XX.
“El récord de temperatura promedio en la superficie terrestre se debe en gran medida a temperaturas récord en la superficie de los océanos. Estas altas temperaturas, combinadas con otros factores, contribuyeron al incremento de lluvias e inundaciones excepcionales en varios países y a sequías extremas en otros”, precisó Michel Jarraud, jefe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La información de 2014 determinó que los 14 años de este recién comenzado siglo fueron los más calientes de los 15 años con más altas temperaturas. Lo que confirma la “alarmante tendencia” de aumento de la temperatura de la Tierra a largo plazo.
“El calentamiento global no se detiene. Lo que hemos visto en 2014 es coherente con lo que esperamos de un clima que está cambiando. Récords de temperatura combinados con lluvias torrenciales destruyeron numerosos hábitats y arruinaron vidas”, explicó a La Nación el jefe de la OMM.
Según la OMM, las altas temperaturas se registraron en un año sin fenómeno de El Niño, un calentamiento cíclico de las aguas del Pacífico tropical que perturba el ciclo habitual de las precipitaciones.
“Para el periodo de enero a diciembre de 2014, la temperatura media en océanos y tierra fue de 14,59 ºC, sobrepasando así en 0,69 ºC la media del siglo anterior. El calentamiento fue notable a través de una gran área del sur de Sudamérica, las regiones costeras del oeste de Estados Unidos, Extremo Oriente ruso, partes del sur y sureste de Asia, gran parte del sur y oeste de Australia y partes de Europa del Sur”, señaló la agencia estadounidense en su reporte.
Ya en 2015, enero no fue la excepción a la regla. Los datos de la NOAA mostraron que el primer mes del año registró una temperatura promedio de 12,77 °C en todo el mundo, 0,77 ºC más que el promedio del siglo XX, estableciendo la segunda marca histórica y quedando solo por detrás del mes de enero de 2007, cuando la temperatura fue 0,86 °C más alta que el promedio.
Medio país bajo agua
Los fenómenos meteorológicos durante 2014 estuvieron marcados por una gran cantidad de precipitaciones, fuertes vientos e intensa actividad eléctrica. Incluso se registraron colas de tornado en zonas abiertas, como en Arrecifes, que sufrió voladura de techos, caída de árboles y cortes de luz.
Cinco provincias con inundaciones, más de cinco mil evacuados, ciudades aisladas, ríos desbordados, caminos anegados, servicios básicos interrumpidos y clases suspendidas es el panorama que dejó una serie de temporales que azotó la zona centro del país durante las últimas semanas. La provincia de Córdoba resultó la más afectada, a tal punto que el gobernador José Manuel de la Sota aseguró que se trata de la peor catástrofe climática en la provincia de los últimos 50 años. Las otras provincias donde se registraron inundaciones fueron Santa Fe, Santiago del Estero, San Luis y Catamarca.
El propio gobernador se refirió a las lluvias como “un tsunami que cayó del cielo” y ya se habla de las graves pérdidas económicas que provocaron las inundaciones. Una de las zonas afectadas es la conocida como “cuenca lechera”, ubicada entre Santa Fe y Córdoba, donde unos 400 tambos corren riesgo de cerrar debido a la merma de casi el 50 por ciento en la producción de leche.
El agua ha provocado pérdidas todavía no cuantificadas de cultivos, aislamiento de poblaciones por la destrucción de puentes, caminos rurales, rutas pavimentadas y la muerte de varias personas.
Las lluvias en Córdoba provocaron que todos los diques de la provincia lleguen a su máximo nivel, cuando hasta hace pocos años era conocido el problema hídrico que afectaba a la provincia, que estuvo en emergencia hídrica durante los veranos de 2012 y 2013.
Las mismas manos que provocan desmontes y aumentan los riesgos de inundaciones son las que ahora deberán ponerse a trabajar para, en primer lugar, ayudar a su prójimo, para luego pensar de qué forma se puede impedir que las lluvias se conviertan en una amenaza constante.
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