Cuántos de los objetivos que trazó se convirtieron en realidad. Eso sucede porque muchas mujeres se han dejado vencer por su propio yo.
Para la escritora Aline Mu-nhoz, la batalla contra sí misma es una de las más difíciles de ser encarada: “Sin duda alguna, nuestro yo es el mayor enemigo, porque siempre está entre lo que deseamos hacer y lo correcto.
Es una lucha constante, cada día, hora y minuto. La pregunta es, cómo dominar algo que está dentro suyo. Cómo enfrentarse a sí misma y decirle NO a sus deseos”.
La respuesta es clara, cuando una mujer está decidida: “Es posible negarse a sí misma cuando tenemos el objetivo de agradar y seguir a Dios. Porque Él no nos pediría algo que no fuese posible. Si tenemos un objetivo, tendremos fuerza para dominar nuestro yo y hacer lo correcto”, señala.
Cuando se está determinada, el esfuerzo y la persistencia forman parte de los pasos a seguir. Para reaccionar de esa manera, es necesario dejar de lado los sentimientos y dar oídos a la razón. “La fuerza de Dios no está relacionada con las ganas, pero de esta viene la disposición de obedecer, a pesar de lo que se siente”, concluye.