El diablo siempre va a aprovechar los momentos en los que nos encontramos en una situación vulnerable para debilitar aún más al cristiano. Si lo hizo con el propio Señor Jesús ¿por qué no con nosotros? Jesús estaba en ayuno cuando fue llevado por el Espíritu Santo al desierto. Es por eso que el diablo intentó hacer que peque: “Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan pan.”, (Mateo 4:3).
Entonces, cuál es la razón por la que algunas personas, a pesar de estar dentro de la Iglesia, ser sinceras, conocer y obedecer a la palabra de Dios, sucumben ante las luchas, mientras que otras, pasan las mismas dificultades pero se mantienen en la fe, resisten las tempestades y vencen. La respuesta es: El Espíritu Santo. Si usted desea la fuerza que solo tienen aquellos que son sellados por el Señor Jesús, aproveche el Ayuno de Daniel.
En estos 21 días, usted se separará del mundo, dejará de lado las noticias, la música y todo lo que hace desviarse de la presencia de Dios, para poner todas sus fuerzas en recibir el sello del bautismo con el Espíritu Santo.
“Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.”, (Juan 5:4).
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