En esto se presentó un experto en la Ley y,
para poner a prueba a Jesús, Le hizo esta pregunta:
Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
Jesús replicó: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú? Lucas 10:25-26
La interpretación del intérprete fue perfecta, al punto de que el Señor Jesús respondió:
“Bien contestado. Haz eso y vivirás.” Lucas 10:28
Lo que no podemos olvidarnos, es que saber es una cosa, y hacer es otra cosa.
Es en el hacer, practicar, obedecer, que está toda la diferencia.
Existen 3 grupos de personas:
-Los que interpretan la Palabra de manera incorrecta:
Nicodemo no logró entender, cuando el Señor Jesús dijo
que para ver el Reino de Dios, era necesario nacer de nuevo.
-Los que la interpretan de manera correcta, pero no obedecen:
El joven rico entendió que para heredar la vida eterna, tenía que renunciar a todo lo que poseía y así conquistar el tesoro en los cielos. Él entendió, pero no obedeció, y además se retiró triste.
-Y los que, además de interpretarla de manera correcta, obedecen.
Zaqueo resolvió darles a los pobres la mitad de sus bienes, y restituir cuatro veces más a los que él había defraudado.
Él era un ladrón que oyó la Palabra, la interpretó de manera correcta y obedeció.
En ese exacto momento hubo Salvación.
¡Son esos los poquísimos que vivirán!
Colaboró: Obispo Djalma Bezerra