Con solo entrar a cualquier librería nos encontraremos con innumerables títulos dirigidos a la mujer moderna, quien tiene innumerables tareas con las que lidiar. Esta mujer trabaja, estudia, es madre, esposa y profesional. Sin embargo, muchos de estos libros no contienen enseñanzas que puedan darle una dirección coherente a la mujer cristiana.
Entonces… ¿Por qué no recurrir a La Biblia? En las páginas del Libro Sagrado podemos encontrar historias inspiradoras de mujeres, que, aunque hayan vivido miles de años antes que nosotras, aún así no difieren en nada con respecto a las mujeres de hoy.
A través de actitudes sabias, pueden enseñarnos a aliar el trabajo y el matrimonio; y, principalmente, oír la voz de Dios y seguir una vida de acuerdo con la temática cristiana. Por esa razón es que empezamos la serie “Mujeres de la Biblia“.
Actualmente, gran parte de las mujeres tienen profesión, trabajan doble jornada fuera de sus casas, nuestro personaje de hoy será Débora, que fue la única mujer en la Biblia en ejercer un cargo de jueza, en Israel.
Débora fue una pionera de su época. Ella es un ejemplo de emancipación femenina, en una sociedad donde la mujer no se destacaba en la vida profesional. Con sabiduría, ella escribió su nombre en la historia bíblica como jueza, sin dejar de lado el amor a su familia y la humildad.
En el Libro de Jueces, capítulo 4, comienza el relato de esta mujer fuerte y de coraje. ” y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio...”Jueces 4:5.
No sabemos de quién desciende. La Biblia cuenta apenas que, descontenta al ver al pueblo de Israel en las manos de los enemigos, ella se levantó para luchar por ellos. “Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, hasta que yo Débora me levanté, me levanté como madre en Israel...” Jueces 5:7.
No es conocida su historia antes de ser jueza, pero ella conquistó el respeto del pueblo, temía a Dios y, además de actuar con sabiduría, procedía principalmente con amor. Débora también estaba casada con un hombre llamado Lapidot. La Biblia no lo dice, pero es muy probable que tuviera hijos.
Otra característica destacada de esta mujer era la seguridad y confianza en ella misma. Al tal punto que Barac, responsable del Ejército de Israel, dijo que sólo iría a la guerra si Débora fuera con él. “Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré...” Jueces 4: 8.
Ella tenía el poder en sus manos, era una líder, pero no usaba la vanidad, el orgullo, ni la altivez. La Biblia nos lleva a creer que ella era sumisa en el sentido de no dejar que su dulzura fuera tapada por el cargo que ocupaba. “ Mi corazón es para vosotros, jefes de Israel, para los que voluntariamente os ofrecisteis entre el pueblo. Load al Señor;“ Jueces 5: 9.
¿Qué podemos aprender con Débora?
Débora supo conciliar la vida profesional, con la vida personal. Ejerció funciones de poder, pero no dejó que la emancipación ni la libertad que gozaba perjudicaran su esencia femenina. Ella estaba permeada por amor, dulzura, mansedumbre y humildad.
Sin el apoyo de Débora, el experimentado Barac no hubiera ido a la guerra y tampoco hubiera alcanzado la victoria. De esta manera queda probado que sin el incentivo y la sabiduría de la mujer, no hay victoria en ningún área de la vida.
Débora se levantó y se puso a disposición de Dios, y fue usada por Él para libertar y conquistar la victoria para su pueblo.
Finalmente exclamó: “los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza “Jueces 5:3.
Quien ama a Dios en primer lugar y busca Su dirección, brilla en todas las áreas de la vida.