Abraham tenía un espíritu indignado cuando su clamor subió, y Dios tuvo que intervenir
“Abraham le reclamó a Dios la justicia y la diferencia, y no fue sólo una vez. Él fue insistente, perseverante, osado”. Esta fue la frase que marcó el mensaje del obispo Edir Macedo, transmitido por internet, a través de IURD TV y por la emisora, Red Aleluya.
Durante la transmisión, el obispo destacó que aquellos que son fieles a Dios en sus diezmos deben tener una vida bendecida: “Nosotros tenemos como foco principal, esta semana, la consagración de los diezmistas. Hemos hablado sobre la diferencia entre el justo y el perverso, y eso ha provocado dentro de nosotros una indignación. Jesús dijo: “Yo vine a traer vida, y vida en abundancia”, entonces tiene que haber una diferencia entre quienes son cristianos y quienes no lo son. Abraham recurrió a Dios para obtener esa diferencia, y nosotros tenemos que hacer lo mismo.
Y continuó:
“Otro ejemplo es el de Daniel, que después de tener una revelación, se propuso hacer un ayuno de 21 días, e inmediatamente Dios envió un ángel para traer la respuesta. Pero se demoró 21 días, porque el principado de Persia había detenido al ángel de Dios. Existen fuerzas que intentan trabar o retrasar aquello que Dios prometió, pero cuando la persona tiene dentro de si una indignación, va por todo o nada.”
Y esta es la promesa que dejó para todos los que se han sentido débiles y humillados:
“Considerad, pues, hermanos, vuestra vocación y ved que no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.“ 1 Corintios 1.26-29
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