Daniel Fitzpatrick, de tan solo 13 años, decidió ponerle un punto final al dolor que le provocaba el bullying que sufría en la escuela y se quitó la vida el jueves 11 de agosto, colgándose en el altillo de la casa en la que vivía junto a su familia.
Danny, como lo llamaban sus padres, dejó una carta en la que relata el acoso que sufrió de parte de varios compañeros de colegio y también la falta de acción por parte de casi todos los profesores y la directora del centro educativo ubicado en Brooklyn, Nueva York. “Me rendí, los profesores no hicieron nada”, es una de las frases del mensaje que explica la situación que el menor estaba viviendo.
El padre de Danny se desahogó en las redes sociales. Dijo que extrañaba a su hijo y que ningún chico tendría que pasar por lo que había pasado el suyo.
El origen de la crueldad
Es cada vez más normal ver comportamientos de adultos en niños, que pierden su pureza siendo cada vez más chicos.
En su libro El pan nuestro para 365 días, el obispo Macedo analiza quién es el verdadero causante del sufrimiento: “Nuestra lucha no es contra las personas. Nuestra lucha es espiritual, contra los espíritus malignos que son responsables por las desgracias del mundo. Miseria, enfermedades, separaciones, tragedias… todas esas cosas son causadas por el mal. En una escala menos visible, las dudas, el miedo, la ansiedad, la inseguridad y los malos pensamientos también son fruto de la actuación maligna.
Esos espíritus crean situaciones malas usando a otras personas, que están bajo su dominio, para que, al verlas, usted se vuelva contra ellas. Soplan en su oído pensamientos de odio, de venganza, de enojo, de rencor. Al aceptarlos, creyendo que esa persona es su enemiga, usted hace la voluntad de su real enemigo.
Las mayores víctimas de las fuerzas espirituales del mal son las personas buenas. Estas son los blancos prioritarios. Ensuciar el corazón de los que son buenos, especialmente de los que son de Dios, trae resultados importantes para el reino de las tinieblas.
Sea inteligente y no caiga en la trampa de su enemigo. Cuando el mal le señale a un ser humano como enemigo, por peor que aparente ser, ore por esa persona. Pídale a Dios que la bendiga, pues para que ella sea bendecida necesitará liberarse del mal que la influencia. Y usted se vengará, apuntando sus armas a su verdadero enemigo espiritual, que contaba con que usted cayera en la red”.
“A los 11 me quería morir porque todos me rechazaban”
Mónica Quiroga con solo 5 años de edad se sentía muy sola, sufría debido a las burlas de sus compañeros, esto la afectó causándole miedo y consecuentemente se reforzaba la soledad que sentía. “A los diez años intentaron abusar de mí, me volví rebelde, peleaba con los chicos y me sentía mal porque todas las figuras masculinas en mi vida no eran positivas. A los once años me quise morir porque mi vida era un desastre, todos me rechazaban.
Cuando llegué a la Universal llevaba 30 años sufriendo, pero en Dios encontré la fuerza para superar los malos recuerdos y ahora soy una nueva mujer, los malos recuerdos quedaron en el pasado”, destaca.
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