La mayoría son amas de casa que han estado dedicadas a la atención del hogar, dijo un activista del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres con VIH
La mayoría de las mujeres latinoamericanas que portan el virus del sida son amas de casa que fueron contagiadas por sus maridos o parejas, y que no pertenecen a los grupos de alto riesgo como las trabajadoras sexuales o adictas a las drogas, informó una ONG.
“La mayoría de las mujeres infectadas (con el VIH, el virus que causa el sida) en la región son mujeres amas de casa que han estado dedicadas a la atención del hogar”, dijo la activista colombiana Sandra Arturo, que dirige el “Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres que Vivimos con VIH”.
En América Latina y el Caribe hay 1,6 millones de portadores del sida, un tercio de los cuales son mujeres, según ONUSIDA.
El sida ha sido usualmente relacionado a determinados grupos de riesgo, como los homosexuales, consumidores de drogas y prostitutas, pero esa tendencia estaría cambiando en la región, según las activistas.
El estudio, cuyos resultados se conocerán en un año, busca precisamente demostrar que la mayor cantidad de contagios en la región ocurre fuera de los grupos de riesgo.
“La visión anterior se pensaba que era la trabajadora sexual la que mayor riesgo tenía de contagiarse, pero esa visión debe cambiar porque la epidemia en nuestra región se está generalizando delante de nuestras narices”, dijo a la AFP Gracia Violeta, de la Red Boliviana de Personas con VIH.
“Hay una tendencia que puede ser mayor o menor pero forzosa, que se va saliendo la epidemia en ese grupo en el que estaba concentrada”, dijo Raúl Boyle, un asesor de ONUSIDA.
El machismo que prevalece en países de la región, la promiscuidad de muchos hombres y la dificultad de una mujer para exigir a su pareja que use condones son las causas principales del contagio del hombre a su mujer, según Boyle.
“La mujer no puede negociar primero si quiere tener o no relaciones sexuales y si se puede o no proteger. Una señora que en América Latina le dice a su esposo que no quiere tener relaciones hoy recibe una bofetada o la echa el hombre de casa”, dijo Boyle.
“Y si ella le da el condón, el hombre está sospechando” de ella, añadió.
Las activistas dijeron que en la región una mujer tiene más problemas que un hombre si tiene sida.
“No es lo mismo una mujer viviendo con VIH para la sociedad que un hombre. Cuando un hombre tiene un diagnóstico positivo la mirada es diferente”, dijo Marcela Alsina, coordinadora regional del Movimiento Latinoamericano de Mujeres con VIH.
Según Alsina, por miedo al estigma muchas mujeres ocultan a su familia que contrajeron el sida para evitar problemas laborales o sociales, de ellas o sus hijos.
“A 30 años de la epidemia las mujeres con VIH seguimos invisibilizadas” dijo Sandra Arturo, quien contó que fue esterilizada sin su consentimiento debido a que portaba el virus de la inmunodeficiencia humana.