¿Cuántas veces usted intentó solucionar un problema o una dificultad en la relación o en la familia y se vio de manos atadas? ¿Usted intentó usar la inteligencia para solucionar un conflicto, pero no lo logró? Deténgase a pensar: ¿usted fue sabia?
La sabiduría hace la diferencia en la vida de una persona y principalmente, en la vida de una mujer. Como esposa, novia o madre, ella se encarga de resolver los problemas, pero muchas veces, por no ser sabia, termina equivocándose.
Es diferente a ser inteligente. La inteligencia está relacionada con la capacidad de aprender a absorber el conocimiento y razonar. Usted lo adquiere estudiando, observando y prestando atención a lo que desea ser. Por otro lado, la sabiduría consiste en el hecho de saber aplicar los conocimientos adquiridos.
El conferencista y consejero Renato Cardoso explicó la diferencia entre inteligencia y sabiduría en la conferencia “21 verdades sobre el Amor”, realizada en el Templo de Salomón. “Ser inteligente no significa ser sabio. Es usar el conocimiento necesario en el momento justo, actuar en el momento correcto y tener la respuesta para las situaciones diarias. Por ejemplo: un médico que fuma es inteligente para saber que el humo hace mal, pero no es sabio para lograr aplicar aquello en su vida. No vive aquello que conoce.”
La sabiduría tampoco está asociada a la experiencia de vida o a la edad. No necesariamente porque la persona es mayor, es sabia. “Hay personas que están casadas hace 20 años y no saben hablar en el momento indicado. La persona sabia es equilibrada, toma las decisiones correctas y se enorgullece de eso. La sabiduría le da la autoconfianza que la inteligencia por sí sola no le da”, ejemplificó la conductora Cristiane Cardoso, en la misma conferencia.
¿Qué hay hacer?
La sabiduría es una virtud que viene exclusivamente de Dios. Para adquirirla, es necesario obedecerlo. “Hay un versículo que dice que “el temor del Señor es el principio de la sabiduría”. ¿Usted quiere comenzar a ser sabia? Entonces, tiene que comenzar temiendo a Dios”, dijo Renato Cardoso.
Cuando la persona práctica lo que es correcto para Dios, respetando Sus enseñanzas, termina recibiendo sabiduría para lograr solucionar sus problemas. Es por eso que hay muchas personas que poseen poco conocimiento, pero son sabias. “Cuando Dios ve un corazón así, Él le da Su Espíritu, Él guía a esa persona”, completó el conferencista.
¿Y cómo practicar las enseñanzas de Dios para que Él se agrade? Cediendo su voluntad y haciendo la voluntad de Él, como demostró Cristiane. “Hay momentos en los que dan ganas de faltarle el respeto al marido, pero Dios dice que hay que someterse a él. Entonces, usted duda entre hacer lo que Dios dice y lo que todo el mundo hace, que parece lo correcto. Pero, en aquel momento, usted se traga su voluntad y respeta a su marido”, dijo.
Actuando de esta manera, por ejemplo, usted no solo lo estará respetando a él, sino también a Dios. “Cuando usted comienza a hacer las cosas para agradar a Dios, entonces, comienza a desarrollar la sabiduría, que no depende de ningún medio de este mundo. Solo de Él. Esa sabiduría resolverá sus problemas”, señaló.
Virtud que viene de lo Alto
La auxiliar financiera Lilian Pinheiro Martins, de 48 años, (foto de al lado con su esposo) tenía todos los motivos para ver desmoronarse su casa. Pero ella tomó una actitud para buscar la sabiduría de Dios y reconstruir su familia.
Hasta la adolescencia de sus tres hijos, Lilian vivía en un matrimonio conturbado, lleno de diferencias y peleas por celos, hasta descubrir que su marido, Luiz Carlos, de 53 años, tenía una amante.
A pesar de estar muy triste, ella buscó la ayuda de Dios para saber lidiar con la situación. ¿Qué debería hacer y cómo actuar con el marido? En vez de pelear como solía hacer, tomó una actitud diferente. “Ya no tenía más ganas de pelear. En el fondo, yo sabía que mis actitudes como esposa también eran responsables por lo que había sucedido. Después de que todo fue arrancado de mí, Dios me sustentó y mantuvo la calma.”
Lilian creyó que Dios la guiaría para saber enfrentar el problema y le exigió la verdad al marido. Él confesó la traición y le dijo que podía mandarlo a que se vaya de la casa. Pero, en una actitud de fe, ella pasó a luchar para tener un matrimonio bendecido y reconstruir su familia.
Ella comenzó a tener un comportamiento diferente en casa. “Continué cuidando su ropa y su comida. Iba a la iglesia y dejaba todo listo, la mesa puesta, la comida fresca, incluso cuando él no comía.”
Después de algunos meses, su marido continuaba con la amante y se iba de la casa sin avisarle. Ella, por su parte no desistía.
A pesar de la tristeza, Lilian le cobró nuevamente una decisión a su marido. “Si él quería continuar viviendo en casa, debería respetarme y cambiar. Y respetar a los hijos también. Le deje claro que si él quería quedarse tendría que respetar nuestra casa.”
Con la actitud sabia de la esposa y su búsqueda en Dios, Luiz Carlos notó que tenía que cambiar su comportamiento, honrar la fidelidad en su matrimonio y reconstruir la familia juntamente con su esposa. Comenzó a ir con ella y sus hijos a la Universal y hoy tienen una familia bendecida. “Antes, no había sido sabia para edificar mi casa, pero yo creí que si actuaba diferente, sería diferente. Y fue lo que hice”, concluye.
Vida sentimental:
Para aprender a resolver los problemas de la vida sentimental, participe de la Terapia del Amor, todos los jueves a las 10, 16 y 20, en Av. Corrientes 4070 – Almagro. En cada conferencia, los casados y solteros aprenden sobre el amor inteligente y cómo desarrollar la relación de pareja.
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