Infelizmente, muchas mujeres gastan dejándose llevar por la emoción y no invierte con la razón. El problema no está en no tener dinero, sino en no saber administrarlo.
Las personas crean la “necesidad” de cosas superfluas y dejan de lado las necesidades reales. Son negligentes con su salud, sus hijos y su futuro por la sensación de placer momentánea que les causa ir de shopping.
Si se siente identificada con estas palabras, no desespere, eso puede cambiar. Cuando esté ante una vidriera linda, iluminada y bien decorada, de esas que parecen decir “cómprese todo”, ¡piense! Razone y pregúntese a sí misma: ¿Necesito eso? Si gasto en eso, ¿estaré comprometiendo una necesidad real? ¿Es el momento correcto de gastar? ¿Vale la pena?
Esto no significa que nunca más va a comprar un adorno, algo de bijou o ropa nueva, simplemente va a empezar a pensar antes de reemplazar lo necesario por lo superfluo.
Si necesita ir al dentista, no vaya al shopping. Si debe hacerse análisis, no compre ropa nueva. Si su hijo necesita una refacción en la habitación, no le compre un juguete. Sea racional y deje de, simplemente, gastar dinero, ¡aprenda a invertirlo! Su sonrisa vale más que un par de botas nuevas. Su salud tiene que ser más importante que la ropa de moda. Su hijo necesita vivir bien antes que jugar con un juguete.
Tome las riendas de su vida, aplíquese a sus responsabilidades y así estará lista para crecer.
Cuatro consejos para ser una mujer ahorrativa
Organícese. Arme 12 planillas, una para cada mes del año, en las que anotará sus ingresos, gastos previstos, ahorros y dinero restante para sus gastos.
Corte gastos superfluos. Si el dinero no le sobra, aprenda a pensar dos veces antes de comprar algo que no necesita. Preguntarse ¿lo quiero o lo necesito? Es una gran ayuda.
Sea paciente. Aprenda a tener dinero primero para comprar después. No tenga miedo de pedir descuentos o de esperar los días en los que haya bonificaciones con su banco.
Invierta en sus sueños. Eso siempre la mantendrá disciplinada y motivada a ahorrar para alcanzar su mayor anhelo, como un viaje, por ejemplo.
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