Se denomina otitis a la infección o inflamación de cualquier sección del oído, esta infección se caracteriza por hipoacusia debido a la presencia de líquido seroso y/o mucoso en la cavidad del oído medio. Existen dos tipos: la otitis media y la otitis externa.
• La otitis externa o de nadador es la inflamación del conducto del oído externo y del conducto auditivo externo. Se puede producir por la entrada de agua o por traumatismos.
• La otitis media involucra el oído medio, que está localizado detrás del tímpano. Es muy común en la primera infancia.
• La otitis media aguda es común en los bebés y en los niños, y aunque también pueden ocurrir en adultos.
¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma principal de la otitis externa es el dolor de oído, la sensación de oído tapado, picazón y a veces supuración del oído
La otitis media aguda, se presenta de forma repentina y los síntomas más frecuentes son:
• Dolor de oído
• Sensación de malestar general
• Picazón
• Fiebre
• Vómitos
• Secreción de líquido por el oído
• Los niños pequeños suelen rechazar el alimento, presentar irritabilidad frecuente y llanto inconsolable
La otitis externa suele tratarse con gotas para los oídos que contienen antibióticos y esteroides para reducir la hinchazón del canal auditivo, mientras que el tratamiento de la otitis media en general es a base de antibióticos y antiinflamatorios.
Otitis media crónica
Es una inflamación y/o infección persistente o recurrente del oído medio que se caracteriza por supuración del oído, hipoacusia de conducción y perforación timpánica.
Puede ser consecuencia de infecciones de nariz y garganta.
“Vivía enferma”
Durante 22 años Susana Umpierrez tuvo otitis, esto le generaba mucho dolor, y se sumaba a los padecimientos propios de la gastritis y los quistes en los ovarios. Además, sufría con dolores de cabeza constantes, miedo, insomnio, y nerviosismo.
En esta situación ella concurría a los médicos, pero no le daban un diagnóstico preciso, estaba desolada. La familia padecía con todo esto, la veían enferma, nerviosa y angustiada. Sus enfermedades fueron llevándola a la depresión y llegó a intentar quitarse la vida tomando pastillas. Poco a poco la situación empeoraba, entonces decidió acercarse a la Universal.
Al participar de las reuniones se dio cuenta de que ella tenía una fe y que si la usaba en la Hoguera Santa podría cambiar su situación. “Fui libre de todas las enfermedades, Dios me sanó y me bendijo. Hoy puedo disfrutar esta nueva vida con un estado de salud óptimo”, afirma ella sonriendo.
[related_posts limit=”17″]