La persona exitosa no necesita presión para crecer o poner energía en su trabajo, pero tampoco se desespera cuando está bajo presión. Si la amenaza aumenta, no retrocede, su reacción es avanzar con todo. No se intimida.
Muchos desisten cuando las cosas se ponen difíciles. Pero la principal característica de un vencedor es que nunca desiste, persevera hasta el fin, no importa lo que pase. Usted tiene cosas más importantes en su vida para hacer que desistir. Si enfrenta sus problemas como desafíos y persevera, resolverlos va a convertirse en una cuestión de honor.
Cuando persevera, realiza sus sueños. No se trata simplemente de un pensamiento positivo, sino que se trata de vivir por la fe. La misma está afirmada en la certeza de la Palabra de Dios. Apoyar su confianza en Ella es tener una garantía de que si persevera logrará cualquier cosa que se proponga. Luche hasta el fin y nada podrá detenerlo.
Ellos perseveraron y las puertas se abrieron
Luis: “Tenía un negocio familiar en el que trabajaba 14 horas al día de lunes a lunes pero no daba ganancias, solo deudas. Participando en el Congreso para el Progreso conquisté otro negocio con una cartera de clientes muy importantes, dos vehículos para el negocio, uno para uso personal y en pocos meses me entregan mi departamento”.
Joven: “Con mi familia siempre vivimos en la miseria, vivíamos de prestado y nunca teníamos para comer. Yo me había rendido, no tenía ganas de estudiar. Comencé a luchar haciendo las cadenas, no fue fácil pero pude terminar mis estudios y recibirme. Hoy, con 22 años, tengo mi propia fábrica de muebles e importo a varios lugares de Buenos Aires”.
Rosa: “Antes de llegar al Congreso juntaba latitas, diarios y cartones para poder comprar algo para comer.También buscaba comida en la basura. Muchas veces caminé 40 cuadras para llegar a la reunión. Luchando y perseverando conquisté mi propio emprendimiento y con mi familia estamos pagando nuestra casa propia”.
Jonathan: “Con mi esposa vivíamos en la miseria, no teníamos nada para comer. Nuestra hija vivía enferma, lo poco que ganaba lo gastaba en remedios para ella. Empecé a luchar en el Congreso y salimos adelante. Pagué las deudas que tenía con bancos, cobré juicios que estaban trabados y hoy tengo mi propio emprendimiento”.
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