Dormir adoptando posturas inadecuadas, puede provocar tendinitis, contractura muscular en el túnel carpiano y problemas de desviación de columna. Mejorando tus hábitos de descanso, puedes prevenirlos.
El colchón debe ser firme, recto y ergonómico, que se adapte a las curvas de tu columna. Un colchón excesivamente duro es tan perjudicial como uno demasiado blando, en el que la columna “flota” sin la debida sujeción. En el caso de los colchones de muelles, deben ser de firmeza intermedia.
La mejor postura para dormir es tumbarse boca arriba pues nuestra columna vertebral apoya correctamente sobre el colchón y además facilita una mejor respiración. Se aconseja colocar una pequeña almohada bajo las rodillas para que éstas queden ligeramente flexionadas.
Dormir boca abajo supone colocar la columna en una excesiva extensión. La zona cervical queda muy comprometida y los músculos se encuentran en una posición acortada, todo esto favorece la modificación de la curvatura de la columna cervical. Además para poder respirar, se mantiene la cabeza girada por muchas horas, lo que acarrea indefectiblemente posteriores dolores de cuello y espalda.
Si dormimos de costado, lo haremos con las piernas y caderas flexionadas y el cuello dentro del eje del resto de la columna Ésta es la posición más recomendada para las personas que padecen dolores lumbares, ya que es una posición neutral para la columna vertebral evitando que el peso recaiga sobre ésta.
En cuanto a la almohada, habrá que considerar la posición que se adopta para dormir: si se duerme boca arriba, lo mejor será una almohada fina, y si se hace de lateral, apoyado sobre un hombro, una más gruesa.