Usada en los baños distribuidos en la Universal, como los hechos en las reuniones de descarga cuya intención es despertar la fe de las personas, la hierba conocida como ruda representa la purificación espiritual desde los más remotos tiempos (tan remotos que no es fácil determinar cuándo, pues tal uso se originaría mucho antes de la Grecia Antigua, donde ya era utilizada).
En Grecia, por otra parte, era utilizada como defensa para enfermedades contagiosas, costumbre preservada hasta la época de la peste negra, que disminuyó un tercio de la población europea (cerca de 75 millones de personas) en el siglo 14.
En la Edad Media ya era utilizada como “protección” contra brujerías, y para rociar agua bendita por la iglesia romana de entonces, fruto del sincretismo en relación a las viejas costumbres de otras creencias.
Su uso en los tiempos bíblicos queda evidenciada en las palabras del propio Señor Jesús, aunque Él no habla directamente al respecto de su utilidad:
“Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.” Lucas 11:42
La fama de “purificadora” de la planta, de olor fuerte, ganó espacio a lo largo de las eras en varias creencias. En el Brasil colonial, las esclavas africanas vendían la ruda como amuleto de suerte y protección.
Además de su asociación con la purificación contra males físicos y espirituales es su gran resistencia. La ruda es una planta rústica, que precisa de muy poco para crecer fuerte y florecer en abundancia, aún en terrenos difíciles. Crece muy rápido (en cerca de 4 meses) y muy difícilmente es atacada por plagas -creen que es por el fuerte olor, por eso es usada para espantar insectos en algunas culturas, con ramos o vasos cerca de puertas y ventanas.
La ruda es nativa de la región de los Balcanes, en el sudeste de Europa, área que incluye a Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Grecia, Macedonia, Montenegro, Serbia, Kosovo, la parte europea de Turquía, y, según algunos científicos, también Croacia, Rumania, Eslovenia y Austria. Es comprensible, por lo tanto, que registros del uso de la planta en la antigua y poderosa cultura griega vengan a ser encontrados. Para los romanos también, como se revela en los registros de Plinio, el Viejo, naturalista y político romano del siglo 1, que citó el uso medicinal – completo de contradicciones- de la hierba.
Parte de la asociación de la ruda con la purificación viene también de Lituania, donde se consideraba la “hierba nacional” del país (como la rosa para los británicos y la flor de lis para los franceses), representando la virginidad y la decencia femenina. En Reino Unido y en Ucrania, algunas canciones tradicionales heredadas de la Edad Media citan a la planta como símbolo de arrepentimiento por el pecado – factor imprescindible para la limpieza espiritual, lo que explica gran parte de la simbología actual sobre el uso de sus ramas-.
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