Hace un poco más de un año que la rutina del obispo Carlos Silveira cambió. Además de ser el responsable por el trabajo evangelístico de la Universal en Ghana, un país con 25,2 millones de habitantes en África Occidental, él dedica algunas horas de su día para el atendimiento en Pastor Online- servicio gratuito de la Universal de orientación espiritual. “Yo generalmente atiendo de las 6 a las 8 de la mañana. A veces entro a la noche, de 20 h a 23 h, y cuando me sobra un tiempito, entro a la tarde también.”
En los últimos 30 días, el obispo Carlos atendió a quienes buscaban ayuda por medio del Pastor Online, durante 50 horas. Pero, para que eso sucediera, él enfrentó diversos desafíos. “En el país en el que estoy es muy complicado usar internet. A veces la señal es débil. También cuando no hay electricidad tengo que usar un generador. Ayer no tenía ni electricidad ni gasolina en el generador de casa. La solución fue usar internet y la batería del celular, y poner el link en la computadora. Mientras las baterías y el crédito duraban, pude ayudar por lo menos a 20 personas. Pero es una honra servir a nuestro Dios y a este pueblo sufrido”, destaca el obispo.
“No hay ni siquiera un día en el que yo no atienda una persona totalmente desesperada. Son personas que están drogadas, con deseos de suicidios y con el arma en la mano. También homosexuales que quieren conversar sobre sus sufrimientos. Prostitutas que quieren ayuda para salir de esa vida. Niños que fueron violados y quieren conversar con alguien. Son innumerables los casos. No se pueden describir todos aquí.”
Entre los relatos que más lo marcaron se encuentra la historia de un muchacho con depresión que estaba hace 6 meses encerrado en el cuarto. El obispo Carlos cuenta que el joven no abría ni la ventana desde hacía mucho tiempo, y la primera cosa que hizo, después de la oración, fue ver el sol. “Él me dijo que cuando vio el sol se lleno de ánimo y ya se sintió diferente, listo para luchar.” Otro caso que le llamó la atención fue el de un señor que no hablaba porque padecía cáncer en la garganta. “Ore por él y le pedí que bebiera agua. Inmediatamente él me dijo que todo lo que sentía en la garganta había desaparecido.”
El atendimiento online traspasa barreras y acerca continentes. Personas de Suiza, del Líbano, de Sudáfrica, de China, Estados Unidos, Honduras, entre muchos otros países, ya recibieron ayuda. “Creo que si no estuviera el Pastor Online muchos hoy estarían muertos o en un profundo sufrimiento. Es posible ver el cambio de la persona desde el comienzo de la conversación hasta el final”, afirma el obispo.
A pesar de las muchas experiencias a lo largo de los 20 años vividos en África con la esposa, poder salvar una vida detrás de la pantalla de la computadora es algo completamente nuevo para el obispo. “Sin ver, sin tocar, sin oír, sino solamente leyendo las palabras escritas por nosotros, las personas se llenan de fe y creen en el milagro. Eso es la fe pura.”
¿Y usted?
Las limitaciones de acceso a internet en Ghana y los esfuerzos incalculables para conectarse y poder ayudar a alguien nos hacen reflexionar sobre una cosa: ¿nosotros hacemos lo mismo cuando estamos online? Piense en eso.
Aproveche la oportunidad del Ayuno de Daniel para evangelizar a las personas a su alrededor. Tal vez sus palabras también puedan transformar la vida de ellos.
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