Normalmente, la timidez lleva a las personas a esquivar y a evitar cualquier tipo de interacción social. En algunos provoca situaciones incómodas en ocasiones como fiestas, reuniones profesionales, trabajos en grupo o incluso en encuentros familiares. A veces, este comportamiento es banalizado y poco comprendido, pudiendo acompañar a alguien desde la infancia y durante toda la vida. En los niños y adolescentes, la timidez de forma severa, si no es tratada de manera apropiada, puede acarrear serios problemas en el futuro, para quien sufre con eso y también para la familia.
En Argentina, son pocos los investigadores de este tema. Sin embargo, considerando que es relevante debatir esta cuestión, el Portal Universal.org entrevistó a dos investigadores del asunto, los científicos Almir Del Prette y Zilda del Prette, profesores del Centro de Educación y Ciencias Humanas del Departamento de Psicología, Relaciones Interpersonales y Habilidades Sociales de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCAR), en São Paulo, Brasil.
En nuestra charla, los especialistas buscaron enfatizar que la timidez no es algo terrible y que nadie debe avergonzarse ni sentirse culpable por ser tímido. Según ellos, la mayoría de las personas ya experimentó la timidez en algún período en su vida. “Grandes personalidades de la historia mundial, personas que contribuyeron enormemente con la humanidad, relataron haber sido tímidos en ciertos momentos”, destacan los psicólogos.
Vea esta entrevista por completo:
Los tímidos suelen ser vistos como personas retraídas, introvertidas y con dificultad para establecer relaciones interpersonales. ¿La timidez puede ser considerada solo como una característica de personalidad?
Sí, en la perspectiva teórica analítica, que la supone como un rasgo de personalidad. No para otro teóricos, que la entienden como una característica de comportamiento mutable.
En el caso de los niños y adolescentes tímidos, ¿la tendencia es que ellos mantengan relaciones deficientes?
De cierta forma puede entenderse así, en el caso de las relaciones incompletas, superficiales y meramente pasajeras. El niño o adolescente tímido, al igual que las demás personas, busca relaciones duraderas, profundas, que satisfagan su parte afectiva. Es el caso de las amistades. Se sabe que las personas que tienen amigos son más exitosas y saludables.
¿La timidez en los adolescentes suele ser banalizada por los padres o familiares, como si fuera algo pasajero?
Eso ocurre frecuentemente. En el intento de ayudar, no solo los padres, sino también los profesores, pueden banalizar el problema. El adulto necesita aprender a tomar perspectiva, es decir, a colocarse en el lugar del adolescente para, efectivamente, poder ayudarlo. La timidez, cuando se prolonga en el tiempo, puede necesitar una intervención psicológica y, en ese sentido, no debe ser tratada como un problema menor. Por otro lado, no se la debe dimensionar excesivamente. La familia y la escuela debe estar atentas y, si el problema no fuera superado, deben buscar el auxilio de profesionales competentes.
¿Cómo los padres pueden estimular a sus hijos, desde pequeños, a interactuarse socialmente?
Generalmente, los padres pueden hacer eso utilizando diversas estrategias. La primera debe ocurrir en el propio ambiente familiar, creando condiciones favorables para que el niño interactúe y se exprese. La familia comprende el núcleo central (padres e hijos) y también la familia expandida, donde entran los abuelos, tíos y primos. El contacto con los parientes en el primer ambiente del niño es una etapa que debe ser muy explorada. La segunda estrategia es posibilitar interacciones con amigos y vecinos (adultos y también niños). A los 2 años ya es posible crear situaciones de bromas entre chicos y chicas de la misma edad, con la supervisión de los adultos. Esas tácticas prácticamente se inician en el nacimiento y siguen hasta aproximadamente los 3 años. En esa edad, buena parte de los hijos es colocada por lo menos medio período en la guardería o en el jardín de infantes. En ese caso, se debe tener cuidado de graduar el tiempo de permanencia de ellos lejos de los padres. Este es un período crítico de socialización del niño.
¿Cuál es el papel de los profesores en ese contexto?
El profesor tiene acceso directo e indirecto al niño o adolescente y al modo en que ellos se comportan junto a sus pares, en un ambiente diferente al de la familia (salón de clases, patio escolar e inmediaciones de la escuela), lejos de los padres. Por eso, el educador debe ser una autoridad en la cual se puede confiar. Su primer papel es el de conquistar la confianza del alumno. Con certeza, es eso lo que la escuela busca y espera de él.
¿Los padres tímidos suelen transferirles esa característica a los hijos? ¿Eso puede ser genético?
Los estudiantes llaman la atención con el factor temperamento, que es heredado. Sin embargo, eso no significa que los padres tímidos necesariamente tendrán hijos tímidos. La herencia no actúa aisladamente, sin el factor ambiente y educación. Incluso las llamadas enfermedades familiares pueden no suceder en toda la descendencia, ya que la tendencia o propensión interactúa con otros diversos factores como el cuidado, la higiene, la vacunación y la alimentación, por ejemplo.
¿Los adolescentes tímidos suelen aislarse, o se aproximan a otros jóvenes con las mismas características de comportamiento?
Pueden ocurrir las dos cosas, tanto simultánea como alternadamente. Algunas veces, el adolescente no es propiamente tímido. Algunos simplemente evitan situaciones extremas como, por ejemplo, mucho ruido, griterío, corridas y conversaciones en exceso. Estos tienen predominancia de un patrón de comportamiento tranquilo, que puede ser confundido con timidez.
¿Cuándo la timidez pasa a ser un problema para el adolescente y qué tipo de situaciones puede provocar?
La timidez pasar a ser un problema cuando crea dificultades de hacer o mantener amigos, o cuando impide y dificulta el establecimiento de relaciones afectivas. En el primer caso, la falta de amigos se ha mostrado un factor relacionado a problemas psicológicos. En el otro, pudiendo o no adquirir connotación sexual, compromete la realización personal y afectiva y el desarrollo saludable.
¿Existe algún tipo de terapia o tratamiento para eso?
Lo más indicado es la atención psicológica. Los psicólogos poseen en su formación competencia para atender al individuo tímido, sea niño, adolescente o adulto. Generalmente, la timidez involucra diferentes tipos de limitaciones en habilidades de relación. En general, un buen programa de habilidades sociales puede resolver el problema.
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