Todos sabemos que la vida está llena de desafíos y obstáculos, pero desde mi punto de vista, lo que más dolor le impone al ser humano es la traición.
Puede estar presente en todos los ámbitos de las relaciones, y cuanto mayor es la entrega y la confianza en el otro, mayor es la decepción, cuando se descubre que está siendo engañado.
La traición está lejos de darse solo en las parejas que se juraron amor. También está presente entre amigos, profesionales, hermanos, familiares, etc.
Traicionar es mentir, romper la confianza; esconderse y no decir la verdad solo para protegerse, es ceder a la debilidad y tirar por la borda la dignidad.
¿Quién no vivió una experiencia de contarle sus problemas a un amigo y descubrir, en los días siguientes, que se lo contó a todo el mundo?
¿O quién no reveló sus planes y aspiraciones en la vida, y luego se vio apuñalado por quien con envidia lo empujó ladera abajo?
Tal vez usted ahora está sufriendo el dolor de una mentira contada por alguien de su entera confianza y eso le causó un enorme daño.
Al analizar el perfil de dos traidores conocidos -Pedro y Judas-, ¡noté un contraste increíble! Los dos vivían una situación privilegiada, porque formaban parte de los 12 hombres escogidos por el Señor Jesús. Tenían todos las oportunidades para aprender y ser hombres honrados en la Historia. Por motivos diferentes, hicieron malas elecciones. Actuaron muy diferente a lo que Su Maestro les había enseñado. Pedro traicionó por miedo; Judas lo hizo por ambición, pero ambos traicionaron.
Aparentemente ganaron algo. Pedro permaneció libre de la persecución y Judas ganó 30 monedas de plata.
Hay una frase conocida que dice que cada uno tiene su precio, y parece ser verdad en la vida de quien no tiene dignidad.
Infelizmente, vemos personas negociando valores preciosos por un simple plato de lentejas.
Liquidan su honor por un precio módico. Así, por ambición y cobardía, son capaces de venderse, calumniar, callarse e incluso negociar con su propia conciencia.
El placer, el dinero y la posición nunca compensarán el daño del alma traidora. Aunque le muestre a los demás perfecta felicidad, lo que pasa en el interior, escondido a los ojos de todos, es el completo rechazo a sí mismo.
Dos hombres cometieron el mismo error, casi en el mismo momento, contra la misma Persona, pero tuvieron destinos diferentes ¿Sabe por qué? El arrepentimiento es la puerta de la oportunidad para arreglarse con la vida.
Si usted se equivocó, reconozca su error e identifique los valores que usted perdió en el camino. Comience de nuevo, si es necesario. Pida perdón a quien usted hirió. Desmienta la “mentirita inocente” que contó y que sabe que perjudicó a alguien. Si ha sido desleal o falso, deténgase hoy mismo, antes de que sea demasiado tarde.
Que no sea el fin para ninguna de las dos partes.
Quien fue traicionado, hágase un bien a usted mismo: ¡perdone!
Quien traicionó, escriba nuevamente su historia como Pedro, que se transformó en uno de los principales líderes de la Iglesia Primitiva, con su auténtico cambio.
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