Nueva York, en Estados Unidos, fue la ciudad escogida por el obispo Edir Macedo, en 1986, para ser la primera en albergar un Templo de la Universal fuera de Brasil. La primera iglesia allí fue inaugurada en el Bajo Manhattan, en la zona sur de la isla. Al principio, los encuentros eran realizados solo en inglés, pero después también fueron realizados en español y en portugués.
Luego, la Iglesia llego a otros distritos de la famosa Big Apple, como Brooklyn (foto arriba), por ejemplo, y de allí se expandió por todo el país. Actualmente ya son 250 iglesias aproximadamente y miles de fieles y voluntarios en los Estados Unidos. Así como en Brasil, la Iglesia también desarrolla un importante trabajo social, con grupos que atienden a los presidiarios, enfermos, jóvenes, ancianos, indigentes y a la población de una forma general.
Nuevas iglesias
Uno de los responsables por el trabajo de la Universal en los Estados Unidos es el obispo Ubirajara Fonseca, el obispo “Bira”, que llegó al país en 2008. Él cuenta que en esos años ha reunido diariamente toda la fuerza con los obispos, los pastores y sus esposas que entran en el país para ganar la mayor cantidad de almas posible para el Reino de Dios.
“En los últimos 9 años, muchas iglesias han sido abiertas (con reuniones) en la lengua inglesa en Nueva York y en otras regiones en las que aún no había una Universal, por ejemplo, Nueva Jersey, Connecticut, Boston, Carolina del Norte, ciudad de Baltimore, Detroit, Chicago y Nueva Orleans. Dios ha bendecido nuestro trabajo. Cientos de personas han llegado semanalmente por medio de la evangelización en las calles, en los programas de televisión, por el trabajo en los presidios y con sus familias, oraciones y visitas en hospitales, núcleos de oración, un trabajo incesante con los jóvenes y, principalmente, los miembros de la Iglesia siendo bendecidos y trayendo a sus familiares y amigos”, relata.
Uno de los grupos de la Iglesia que más se destaca en el país es el Caleb, que fue creado por el obispo Macedo en los Estados Unidos, en Texas, en 2012, demostrando un cuidado especial con los mayores de edad que frecuentan la Universal. El Caleb se expandió y actualmente está presente en más de 20 países, incluyendo Brasil, Argentina, Italia, Portugal, Japón y África del Sur.
“Gracias a la Universal por estos 40 años”
En 1986, cuando la Universal llegaba a los Estados Unidos, la historia de una mujer también comenzaba a cambiar. Joyce Clarke Everett (en la foto abajo, al lado del obispo Bira), nacida en Trinidad & Tobago (Una de las Islas del Caribe) y nacionalizada norteamericana, enfrentaba muchas dificultades en su vida personal. Con 55 años en aquella época, le habían diagnosticado cáncer, estaba depresiva y no lograba dormir. También sufría porque su hijo estaba en el vicio de las drogas y su hija estaba enferma. Joyce había llegado incluso a pensar en el suicidio.
En una de las madrugadas que pasaba sin dormir, muy ansiosa y estresada, ella miraba la televisión cuando, escuchó las palabras de un pastor durante un programa de la Universal, allí se dio cuenta de que había una solución para sus problemas. “Fue en la Universal que aprendí a usar mi fe. Oí que la mujer sabia edifica la casa y decidí tener esa sabiduría. Coloqué en práctica todo lo que el obispo Edir Macedo hablaba en las reuniones, al inicio del trabajo de evangelización aquí en Nueva York.”
Joyce está en la Universal hace 30 años y es obrera hace 29. “Yo tengo paz, también mi hija y yo fuimos curadas. Mi hijo está liberado de las drogas y actualmente es obrero. Yo y mi casa servimos al Señor. Hoy, con mis 85 años, quiero vivir más y servir al Dios que me salvó. ¿Qué sería de mí y de mi familia si no fuera por el trabajo de la Universal y el sacrificio del obispo Macedo en dejar todo en su tierra natal y venir a Nueva York? Gracias Universal por estos 40 años.”
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