El 14 de marzo, del año en curso, el ciclón Idai devastó Mozambique, Zimbabue y Malaui, países del sureste de África. Los vientos llegaron a los 140 km/h, destruyeron casas y provocaron inundaciones.
El número de muertos superó los un mil, y Mozambique fue el país más afectado. Quizás nunca se pueda llegar al total de personas que perdieron la vida, dado que todavía hay muchos desaparecidos y, además, esto provocó efectos colaterales, como las enfermedades que surgieron como consecuencia de la contaminación del agua y de los alimentos, por ejemplo, el cólera.
Después de semejante devastación, el pueblo mozambiqueño enfrenta nuevamente una situación difícil. Esto se debe a que el ciclón Kenneth afectó el País el 25 de mayo, destruyendo aldeas enteras con vientos de hasta 280 km/h y matando a más de 40 personas. Más de tres mil casas fueron destruidas y 18 mil personas tuvieron que buscar refugio en albergues.
En la imagen de arriba puede observarse el estado en el que quedó la aldea de la ciudad mozambiqueña de Pemba, después del paso del ciclón.
Las ONGs y los gobiernos de diferentes lugares movilizaron una ayuda humanitaria. El gobierno de Brasil comunicó el viernes 26 que mantendrá el equipo de búsqueda y rescate que había enviado a Mozambique, y que lo transferirá desde la región central hasta el área que fue afectada por el ciclón Kenneth, al norte, con la finalidad de actuar en las misiones de búsqueda y rescate.
Ejemplo de amor al prójimo
Durante el fin de semana de Pascua, la Universal realizó tres eventos especiales. En estos se llevó a cabo la entrada del Arca de la Alianza y los voluntarios también hicieron sus donaciones para Mozambique.
La serie de eventos se realizó en el estadio Ellis Park de Johannesburgo, en el estadio de Adcokck, de Puerto Elizabeth y, finalmente, en el estadio Philippi, de la Ciudad del Cabo.
En todos los eventos, los voluntarios se unieron por Mozambique. Como resultado, se logró recaudar 230 toneladas de alimentos no perecederos, agua potable y ropa que, muy pronto, se llevarán en convoy de carretas hacia el país.
Las donaciones se entregarán en el Instituto Nacional de Gestión de Catástrofes (INGC). Esta es una institución del Gobierno que es responsable de la coordinación de la Reducción de Riesgo de Desastres (RRD) de Mozambique.
Para el obispo Marcelo Pires, responsable del trabajo de la Universal en Sudáfrica, las donaciones, son, sobre todo, oportunidades para recuperar la fe de quien perdió todo durante el pasaje del ciclón.
“Cuando una persona pasa por una situación de desastre y pierde todo, la pérdida más grande es la esperanza, la fe y la voluntad de vivir. Ella deja de creer que puede salir de esa situación. Sin embargo, cuando ve que alguien se preocupa, la ayuda, y está presente para darle fuerza, la fe de esa persona se recupera”, destacó el obispo.
La fe también puede verse en la acción de cada voluntario que se involucra en esta acción. Según el obispo, este acto, sobre todas las cosas, refleja también el amor al prójimo.
“Y podemos ir más allá y decir que este trabajo colectivo que se hizo es el ejercicio de la fe. La fe sin obras es muerta. En la Biblia dice: ‘Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.’ (Santiago 2:18). Cuando miramos a las personas necesitadas vemos a Jesús”, reiteró el obispo.
Necesidad
Además, el obispo Honorilton Gonçalves, responsable del trabajo de la Universal en Mozambique, destacó que el pueblo mozambiqueño ya necesitaba ayuda, incluso antes de los ciclones.
“Antes de los dos ciclones, la situación ya era demasiado inestable y de mucha necesidad. Después del ciclón, la necesidad se multiplicó. Por eso, esa ayuda que proviene de Sudáfrica, verdaderamente, será muy bienvenida. Creo que responderá a una buena parte de la población afectada”, aclaró el obispo Gonçalves.
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