Estaba pensando en lo siguiente: después de que Dios sacó a Abraham de la tienda, le mostró las estrellas para abrir su visión respecto a Su Infinita Grandeza.
Abraham creyó y Dios le dijo:
“Yo Soy el Señor, que te saqué de tu país de los caldeos, para darte esta tierra, para heredarla”, Génesis 15:7.
Esto es Liberador, porque Dios no saca a nadie de donde está para dejarlo en la misma situación o peor, ¡jamás!
Cuando Él nos llama, lo hace para revelar que quiere hacer Grandes cosas en nosotros; si creemos, claramente, porque Él no nos va a obligar a creer, a lanzarnos sobre Su Promesa en espíritu, alma y cuerpo. Sin embargo, una cosa es cierta: Él nos llama hacia afuera para hacer cosas Grandes en nosotros y a través de nosotros, de manera que todos puedan verlo en nuestras vidas.
Todos los que han sido llamados por el Espíritu Santo deben santificar el Nombre del Señor Jesús y revelarle al mundo, a través de su fe, de su carácter y de su vida, que Él es el Único Dios Verdadero.
Por eso es necesario hacer un Pacto, porque Él nos llama, pero tenemos que estar dispuestos a sacrificarnos, a desprendernos de lo material y a aferrarnos 100 % a lo espiritual. De esta manera, teniendo este Pacto sellado por Fuego con Él, vamos a poder tomar posesión de la Vida Eterna.
Y, mientras no Le neguemos lo que nos pida y seamos fieles a este Pacto, conquistaremos Sus Promesas aquí en la Tierra, porque ya obtuvimos lo principal: la Salvación a través del Pacto.
¡Qué visión tan Gloriosa es esta que el Espíritu Santo nos ha dado!
Obispo Júlio Freitas