El grado de relación del siervo con su señor determina la dedicación que él tendrá al hacer la voluntad de Dios. Agradar a Dios es hacer Su voluntad de forma libre y espontánea.
Es comprensible que la mayoría de las personas estén preocupadas por agradarse a sí mismas. Pero es doloroso ver que muchos de ellos, tienen conocimientos bíblicos y años de iglesia, pero que no tienen el mínimo deseo de darle prioridad a la voluntad del Dios en quien dicen creer.
Pero, cómo servir a Alguien a quien no conocemos. Cómo hacer la voluntad de un desconocido. Ese no es un problema para los que son nacidos del Espíritu Santo. Ellos entienden perfectamente el significado de la voluntad del Señor porque fueron poseídos por el Espíritu del Señor Jesús.
Son siervos, nacieron para servir y no para ser servidos, y por eso, conocen Su voluntad.
Es por eso, que Él realiza sus sueños de forma natural, sin ansiedad ya que la voluntad de Dios jamás estará en contra del bienestar de Sus hijos. Como Padre, Él sabe lo que es mejor para Sus hijos.
Muchas personas usan la fe para tomar posesión de los bienes de forma anticipada. A partir de eso, me pregunto qué capacidad tiene un niño para administrar un millón de pesos. Es por eso que, si bien hay que usar la fe para las conquistas materiales, hay que sujetar la misma a la voluntad de Dios; de esta manera la bendición no se convertirá en maldición.
“Los bienes que se adquieren de prisa al principio, no serán al final bendecidos.”, (Proverbios 20:21).
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