Un video publicado recientemente por el sitio internacional TMZ muestra al actor Johnny Depp (foto al lado), de 53 años, y a su ex esposa, Amber Heard, de 30 años, en medio de una discusión que habría ocurrido en mayo de este año. En las imágenes, supuestamente tomadas por la propia Amber, se puede ver a Depp de anteojos oscuros y con un sombrero de cowboy, furioso y diciendo malas palabras en la cocina de la residencia de la pareja.
Durante el desacuerdo, es evidente que Amber intenta calmarlo, pero su esfuerzo es en vano. Exaltado, Depp lanza una botella de vino contra un armario, golpea la puerta y le grita a su mujer, cuando le pregunta si bebió aquella mañana.
Hay información de que las peleas entre los dos solían ser frecuentes. En otra discusión entre ellos, Depp habría arrojado botellas de vidrio contra la pared y, con una pieza rota de una de ellas, se arrancó parte de su propio dedo. En esa ocasión, acusó a su ex esposa de traición. Amber afirmó que el actor estaba drogado, bajo el efecto del éxtasis.
Su parte y la parte de Dios
Las consecuencias negativas de una adicción afectan en su totalidad a los seres más queridos. Si realmente estaba bajo el efecto del éxtasis, Johnny Depp es un ejemplo más que deja claro que la fama, la notoriedad y el dinero no son suficientes para garantizar que una persona esté alejada del mal; además, a menudo, es todo lo contrario, llevan una vida entregada a los vicios. Y esta misma fama, notoriedad y dinero no son suficientes para liberarlos. Sólo hay un camino para esto: Dios, y es necesario buscarlo.
“El milagro que Dios hace en nuestra vida es mitad de nuestra parte y mitad de la de Él. Dios nunca hace el 100 % sin nuestra participación. Para que el sol y la luna se detuvieran, Josué tuvo que orar. Él determinó y Dios honró su fe”, dijo el obispo Macedo.
El vicio, sea el que fuere, es devastador, y un adicto necesita poner su fe en acción para combatirlo.
Lea el testimonio de Romário, que durante siete años malgastó todo su salario para sostener la adicción a la bebida, y logró liberarse de la adicción.
“Durante 7 años fui adicto al alcohol, todo lo que ganaba lo gastaba en la bebida. Consumía cachaza y cerveza, hasta llegué al punto de llegar a mi casa, totalmente ebrio y, al otro día, no recordaba absolutamente nada, mi madre me contaba en qué estado llegaba a casa. Ella comenzó a luchar en el Tratamiento para la Cura de los Vicios por mí. Desde el primer domingo que ella participó, ya vi resultados en mi vida, después, yo llegué al tratamiento. Hoy ya no tengo ganas de consumir y fui liberado del vicio del alcohol”, cuenta Romário.
Fue posible con Romario, y también es posible para usted o para uno de sus seres queridos. Participe de la Reunión de la Cura de los Vicios, que se realiza todos los domingos a las 15 h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070.
[related_posts limit=”17″]