El Sedronar en uno de sus relevamientos, analiza el consumo de drogas en los adolescentes en edad escolar. Una situación que preocupa cada vez más en nuestro país: “Al indagar sobre el imaginario de los estudiantes acerca de las razones de consumo de drogas ilícitas en general… afirmaron que la principal razón son los problemas personales (32%), en menor medida porque la mayoría de sus amigos lo hace (15%), mientras que la diversión, la desinformación como la indiferencia a esta Feinformacio?n fueron señaladas en la misma proporción (13%)”.
Una presa fácil
Marisel, convivió con las drogas durante 18 años de su vida: “A los 12 me metí en ese ambiente. Me dijeron ‘si te fumás un porro, vas a olvidarte de tus problemas’, eso me quedó, porque yo no tenía a mi papá y mi mamá trabajaba todo el día.
Consumía marihuana y pastillas. Andaba con una navaja para protegerme, estuve a punto de morir varias veces. Tenía dos amigos, que se drogaban, uno estaba limpiando un arma, no se dio cuenta de que estaba cargada y mató al otro de un tiro en la cabeza. En una habitación pasaba de todo.
El comienzo del fin
Como no estudiaba me mandaron a trabajar. Iba drogada y en ese ambiente entrabas al baño y la mochila del inodoro estaba llena de cocaína, un pase y salías, era una cortesía. Se trabajaba doble turno y esa era la única manera de aguantar tantas horas de trabajo.
Salía con un chico y él me veía mal, pero igual comenzó a drogarse, todo por mi culpa.
Yo estaba perdida, necesitaba tomar alcohol, más que cualquier otra cosa. Me levantaba y tomaba un sorbo de fernet puro. Un tiempo no tenía, agarré el alcohol puro y me lo tomé.
No planeaba nada para mi vida, mi familia no existía. Dormía de día, de noche ya nada me hacía efecto. La madrugada de mi cumpleaños 18 me acosté a dormir. Me levanté mojada, yo pensaba que eran las drogas.
Fui al baño y vi mucha sangre, me senté en el inodoro y sentí que algo quería salir, hice fuerza: era mi bebé, lo tuve en mis manos, de repente se me fue el efecto de todo. Fue lo más desgarrador que sentí en mi vida. Se me vino el mundo abajo, había matado a mi hijo.
Me di cuenta que estaba sola, porque los días que estuve internada solo fueron tres personas a verme. Ni siquiera tenía fuerzas para matarme, me estaba volviendo loca, me vine abajo.
Me llevaron a la Universal, llegué arrastrada. Me di cuenta que Dios estaba para mí, que no le importaba lo que yo había hecho.
Él me dio alegría, me abrazó, me devolvió la vida. Ya no quería drogarme, tuve abstinencia, pero prefería morirme que volver a consumir. Nunca volví a pelearme con mi mamá, ni a drogarme, hoy tengo paz. Retomé mis estudios, estudié peluquería y puse mi negocio, estoy trabajando”.
Si siente que ya no soporta más, las adicciones están destruyéndolo a usted y a su familia, no pierda tiempo, Dios puede cambiar todo. Acérquese a la Cura de los Vicios este domingo a las 15 en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o haga clic aquí y vea donde se lleva a cabo el tratamiento.