El impacto de la enfermedad se da en las esferas física, afectiva, social y económica. En la actualidad es realmente difícil encontrar a alguna familia que no haya atravesado un proceso de enfermedad de alguno de sus miembros. El desarrollo de la enfermedad hace que el núcleo familiar deba destinar un porcentaje de sus ingresos para el tratamiento, medicación, modificaciones en la alimentación y cuidados, sobre todo en patologías crónicas, esto provoca en gran número de casos un deterioro de la calidad de vida, mientras que unos pocos tienen la capacidad de adaptarse, aunque otros tantos logran salir con éxito de la situación.
Especialistas en psicología coinciden en que una persona en situación de enfermedad crónica generará cambios profundos en las vidas de los implicados y producirá sentimientos de impotencia frente a las tareas de cuidado. Uno de esos casos era el de Herminda, sin embargo, hubo una alternativa para cambiar su situación al acercarse a la Universal.
Un círculo viciosos difícil de romper
Su familia había sido afectada por problemas económicos que provocaron enfermedades y desestabilizaron a toda la familia. “Por problemas económicos vino el problema de salud sobre toda la familia. Mi esposo tenía un buen trabajo pero el dinero no alcanzaba. Eso generaba muchas discusiones, era impresionante cómo discutíamos y nos peleábamos por el dinero. Entonces, yo entré en depresión, estuve seis años con psicólogo”.
La tensión psicosocial por la crisis económica que atravesaban le causó parálisis facial y una profunda depresión. “Mi familia me ayudaba pero no había manera de sacarme de la cama, tomaba pastillas, vivía llorando, agotada, desesperada. Quería terminar con mi vida pero no tenía fuerzas ni para levantarme de la cama, eso hacía que sufrieran mis hijas.
Cuando tomé la decisión de acercarme a la Universal, fue algo maravilloso, lo más grande que Dios me dio fue la paz. Hacía unos 15 años que no dormía, pues tomaba pastillas para dormir.
Hoy mi vida está muy bien, fui sanada de la depresión y de la parálisis facial, no tengo secuelas y el matrimonio fue restaurado. Además tengo un negocio y estoy por inaugurar un local donde voy a instalar mi negocio de organización de eventos. Compré un auto 0 kilómetro, mi esposo fue bendecido con una casa al lado de nuestra casa. Mis hijas están casadas, felices, cada una con su auto. Si no hubiera tomado la decisión de venir hoy estaría muerta”.
Si usted ha enfrentado problemas económicos debido a enfermedades y no ha encontrado una salida, lo que siempre anheló ahora está a su alcance, no pierda más tiempo, acérquese a Av. Corrientes 4070, Almagro, donde aprenderá a cambiar su situación mediante su fe.
Fuente y fotos: El Universal – Thinkstock
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