El uso de internet puede estimular a los adolescentes a comenzar a beber y a fumar. Según un estudio hecho con 1.563 estudiantes del distrito de El Monte Union High School, en Los Ángeles, los jóvenes están estimulados a cambiar de comportamiento por las fotos posteadas por sus amigos en las redes sociales.
“Es una nueva versión de algo tradicional: la presión de los pares. El hábito de sus compañeros hace que los adolescentes se presionen unos a otros y eso también ocurre es las fotos expuestas en las redes sociales, muchas veces con imágenes llena de sonrisas y como si estuvieran felices bebiendo y fumando”, explicó el psiquiatra y consejero de la Asociación Brasileña de Estudios de Alcohol y Otras Drogas (Abead), Carlos Salgado, al evaluar el primer estudio que examina la influencia de las redes sociales en los adolescentes, en relación al consumo de tabaco y alcohol.
“Nuestro estudio muestra que los adolescentes pueden ser influenciados a fumar o a consumir alcohol por las imágenes online de sus amigos “, declaró el principal autor del estudio, Thomas Valente. “Esto es importante saberlo, ya que el 95% de los adolescentes entre 12 y 17 años, en Estados Unidos, acceden a internet todos los días, y el 80% de estos jóvenes usan las redes sociales”, concluyó el científico de la Universidad del Sur de California.
La influencia de amigos, según Salgado, se explica por el hecho de que la adolescencia es una etapa de desarrollo de la autoestima y autoimagen, además de la búsqueda por construir su propia imagen dentro de un grupo. “Todos sufren en ese ambiente de presión y hay amigos que influyen sobre otros y tienen conductas que pueden ser positivas o negativas. El adolescente busca una identidad y el joven se puede reflejar en la audacia de su amigo para crear su identidad”, añadió el psiquiatra; recordando que la postura “audaz” de un compañero puede parecer un desafío y estimular hacia una actitud equivocada, especialmente, en jóvenes sin una buena orientación familiar y sin conciencia de valores.
“Si el joven no fue bien orientado, va a ser más vulnerable. La necesidad de afirmarse junto a los pares, a veces, hace que el adolescente – especialmente los que necesitan un esfuerzo para integrarse – copie comportamientos como beber, fumar y usar drogas, y a veces, incluso define el lugar donde va a sentarse en el aula: hay jóvenes que ni siquiera ven bien, pero se van al fondo del aula para estar con su grupo”, recordó Salgado.
¿Qué hacer?
Frente al desafío de formar jóvenes lejos del vicio, la sugerencia del consejero de la Asociación Abead para los educadores, es clara. “Los padres que les ofrecen bebida alcohólica y cigarrillos a los hijos, cometen un pecado mortal, un crimen de lesa humanidad”.
Para la etapa en la que el adolescente desea conocerse y buscar desafíos, Salgado indica lo siguiente. “Así como es más fácil volverse adicto al alcohol por el consumo precoz, es más fácil aprender un idioma cuando se es más joven. Entonces, si el adolescente quiere desafíos nuevos que influyan su autoestima, lo ideal es estimular nuevos desafíos saludables como jugar ajedrez, hacer ballet, cine, teatro, aprender nuevos idiomas, nuevos deportes”.
Hábitos saludables y amigos saludables son los consejos para que el adolescente crezca en un ambiente que va a ayudar aportando buena información al cerebro y, además, va a hacer que ese cerebro ya esté entrenado para absorber y producir informaciones positivas.
Si usted conoce a alguien que sufre con el vicio del alcohol o las drogas, visite los templos de la Universal. En Buenos Aires, Av. Corrientes 4070, Almagro, y para conocer las direcciones en el resto del país: www.universal.org.ar/direcciones
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