Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Deuteronomio 16
1 Observarás el mes de Abib y celebrarás la Pascua al Señor tu Dios, porque en el mes de Abib el Señor tu Dios te sacó de Egipto de noche.
2 Y sacrificarás la Pascua al Señor tu Dios con ofrendas de tus rebaños y de tus manadas, en el lugar que el Señor escoja para poner allí su nombre.
3 No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción (porque aprisa saliste de la tierra de Egipto), para que recuerdes todos los días de tu vida el día que saliste de la tierra de Egipto.
4 Durante siete días no se verá contigo levadura en todo tu territorio; y de la carne que sacrifiques en la tarde del primer día, no quedará nada para la mañana siguiente.
5 No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de las ciudades que el Señor tu Dios te da,
6 sino que en el lugar que el Señor tu Dios escoja para poner allí su nombre, sacrificarás la Pascua al atardecer, al ponerse el sol, a la hora en que saliste de Egipto.
7 Y la asarás y la comerás en el lugar que el Señor tu Dios escoja. Luego, por la mañana, regresarás a tu habitación.
8 Seis días comerás pan sin levadura, y en el séptimo día habrá una asamblea solemne para el Señor tu Dios. Ningún trabajo harás en él.
9 Siete semanas contarás; comenzarás a contar siete semanas desde el momento en que empieces a meter la hoz a la mies.
10 Entonces celebrarás la fiesta de las semanas al Señor tu Dios con el tributo de una ofrenda voluntaria de tu mano, la cual darás según el Señor tu Dios te haya bendecido.
11 Y te alegrarás delante del Señor tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habita en tus ciudades, y el forastero, el huérfano y la viuda que están en medio de ti, en el lugar donde el Señor tu Dios escoja para poner allí su nombre.
12 Y te acordarás de que tú fuiste esclavo en Egipto; cuídate de guardar estos estatutos.
13 Durante siete días celebrarás la fiesta de los tabernáculos, cuando hayas recogido el producto de tu era y de tu lagar.
14 Y te alegrarás en tu fiesta, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita y el forastero, el huérfano y la viuda que están en tus ciudades.
15 Siete días celebrarás fiesta al Señor tu Dios en el lugar que escoja el Señor; porque el Señor tu Dios te bendecirá en todos tus productos y en toda la obra de tus manos; por tanto, estarás realmente alegre.
16 Tres veces al año se presentarán todos tus varones delante del Señor tu Dios en el lugar que El escoja: en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos; y no se presentarán con las manos vacías delante del Señor.
17 Cada hombre dará lo que pueda, de acuerdo con la bendición que el Señor tu Dios te haya dado.
18 Nombrarás para ti jueces y oficiales en todas las ciudades que el Señor tu Dios te da, según tus tribus, y ellos juzgarán al pueblo con justo juicio.
19 No torcerás la justicia; no harás acepción de personas, ni tomarás soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las palabras del justo.
20 La justicia, y sólo la justicia buscarás, para que vivas y poseas la tierra que el Señor tu Dios te da.
21 No plantarás para ti Asera de ninguna clase de árbol junto al altar del Señor tu Dios que harás para ti.
22 Ni levantarás para ti pilar sagrado, lo cual aborrece el Señor tu Dios.
Salmos 103
1 Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades;
4 el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión;
5 el que colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el águila.
6 El Señor hace justicia, y juicios a favor de todos los oprimidos.
7 A Moisés dio a conocer sus caminos, y a los hijos de Israel sus obras.
8 Compasivo y clemente es el Señor, lento para la ira y grande en misericordia.
9 No contenderá con nosotros para siempre, ni para siempre guardará su enojo.
10 No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
11 Porque como están de altos los cielos sobre la tierra, así es de grande su misericordia para los que le temen.
12 Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones.
13 Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen.
14 Porque El sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que somos sólo polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días; como la flor del campo, así florece;
16 cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser, y su lugar ya no la reconoce.
17 Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen, y su justicia para los hijos de los hijos,
18 para los que guardan su pacto y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.
19 El Señor ha establecido su trono en los cielos, y su reino domina sobre todo.
20 Bendecid al Señor, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato, obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid al Señor, vosotros todos sus ejércitos, que le servís haciendo su voluntad.
22 Bendecid al Señor, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su dominio. Bendice, alma mía, al Señor.
Isaías 43
1 Mas ahora, así dice el Señor tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú.
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.
3 Porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; he dado a Egipto por tu rescate, a Cus y a Seba en lugar tuyo.
4 Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida.
5 No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia, y del occidente te reuniré.
6 Diré al norte: “Entrégalos;” y al sur: “No los retengas.” Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra,
7 a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho.
8 Sacad al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y a los sordos, aunque tienen oídos.
9 Todas las naciones a una se han reunido y se han congregado los pueblos. ¿Quién de ellos declarará esto y nos proclamará las cosas anteriores? Que presenten sus testigos y que se justifiquen, que oigan y digan: Es verdad.
10 Vosotros sois mis testigos —declara el Señor— y mi siervo a quien he escogido, para que me conozcáis y creáis en mí, y entendáis que yo soy. Antes de mí no fue formado otro dios, ni después de mí lo habrá.
11 Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay salvador.
12 Yo soy el que lo he anunciado, he salvado y lo he proclamado, y no hay entre vosotros dios extraño; vosotros, pues, sois mis testigos —declara el Señor— y yo soy Dios.
13 Aun desde la eternidad, yo soy, y no hay quien libre de mi mano; yo actúo, ¿y quién lo revocará?
14 Así dice el Señor vuestro Redentor, el Santo de Israel: Por vuestra causa envié a Babilonia e hice descender como fugitivos a todos ellos, es decir, a los caldeos, en las naves de las cuales se gloriaban.
15 Yo soy el Señor, vuestro Santo, el Creador de Israel, vuestro Rey.
16 Así dice el Señor, que abre camino en el mar y sendero en las aguas impetuosas;
17 el que hace salir carro y caballo, ejército y fuerza (a una se echarán y no se levantarán, como pabilo han sido apagados y extinguidos):
18 No recordéis las cosas anteriores ni consideréis las cosas del pasado.
19 He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos haré camino y ríos en el yermo.
20 Me glorificarán las bestias del campo, los chacales y los avestruces, porque he puesto aguas en los desiertos y ríos en el yermo, para dar de beber a mi pueblo escogido.
21 El pueblo que yo he formado para mí proclamará mi alabanza.
22 Pero no me has invocado, Jacob, sino que te has cansado de mí, Israel.
23 No me has traído las ovejas de tus holocaustos, ni me has honrado con tus sacrificios. No te he abrumado exigiendo ofrendas, ni te he cansado exigiendo incienso.
24 No me has comprado con dinero caña aromática, ni con la grosura de tus sacrificios me has saciado; por el contrario me has abrumado con tus pecados, y me has cansado con tus iniquidades.
25 Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados.
26 Hazme recordar, discutamos juntos nuestro caso; habla tú para justificarte.
27 Tu primer padre pecó, y tus voceros prevaricaron contra mí.
28 Por tanto, profanaré a los príncipes del santuario, y entregaré a Jacob al anatema y a Israel al oprobio.
Acompañe la lectura del 161° día ingresando aquí.
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