Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Deuteronomio 18
1 Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán porción ni heredad con el resto de Israel; comerán de las ofrendas encendidas al Señor y de su porción.
2 Y no tendrán heredad entre sus hermanos; el Señor es su heredad, como les ha prometido.
3 Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecen como sacrificio buey u oveja: darán para el sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar.
4 Le darás las primicias de tu grano, de tu mosto, de tu aceite y del primer esquileo de tus ovejas.
5 Porque el Señor tu Dios le ha escogido a él y a sus hijos de entre todas tus tribus, para que esté allí y sirva en el nombre del Señor, para siempre.
6 Y si un levita sale de alguna de tus ciudades, de cualquier parte de Israel en que resida, y llega con todo el deseo de su alma al lugar que el Señor escoja,
7 él ministrará en el nombre del Señor su Dios, como todos sus hermanos levitas que están allí delante del Señor.
8 Comerán porciones iguales, excepto lo que reciban de la venta de sus patrimonios.
9 Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, no aprenderás a hacer las cosas abominables de esas naciones.
10 No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicero,
11 o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a los muertos.
12 Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al Señor; y por causa de estas abominaciones el Señor tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.
13 Serás intachable delante del Señor tu Dios.
14 Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a los que practican hechicería y a los adivinos, pero a ti el Señor tu Dios no te lo ha permitido.
15 Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el Señor tu Dios; a él oiréis.
16 Esto es conforme a todo lo que pediste al Señor tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: “No vuelva yo a oír la voz del Señor mi Dios, no vuelva a ver este gran fuego, no sea que muera.”
17 Y el Señor me dijo: “Bien han hablado en lo que han dicho.
18 “Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande.
19 “Y sucederá que a cualquiera que no oiga mis palabras que él ha de hablar en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta.
20 “Pero el profeta que hable con presunción en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá.”
21 Y si dices en tu corazón: “¿Cómo conoceremos la palabra que el Señor no ha hablado?”
22 Cuando un profeta hable en el nombre del Señor, si la cosa no acontece ni se cumple, ésa es palabra que el Señor no ha hablado; con arrogancia la ha hablado el profeta; no tendrás temor de él.
Salmos 105
1 Dad gracias al Señor, invocad su nombre; dad a conocer sus obras entre los pueblos.
2 Cantadle, cantadle alabanzas; hablad de todas sus maravillas.
3 Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan al Señor.
4 Buscad al Señor y su fortaleza; buscad su rostro continuamente.
5 Recordad las maravillas que El ha hecho, sus prodigios y los juicios de su boca,
6 oh simiente de Abraham, su siervo, hijos de Jacob, sus escogidos.
7 El es el Señor nuestro Dios; sus juicios están en toda la tierra.
8 Para siempre se ha acordado de su pacto, de la palabra que ordenó a mil generaciones,
9 del pacto que hizo con Abraham, y de su juramento a Isaac.
10 También lo confirmó a Jacob por estatuto, a Israel como pacto eterno,
11 diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad.
12 Cuando eran pocos en número, muy pocos, y forasteros en ella,
13 y vagaban de nación en nación, y de un reino a otro pueblo,
14 El no permitió que nadie los oprimiera, y por amor a ellos reprendió a reyes, diciendo:
15 No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.
16 Y llamó al hambre sobre la tierra, quebró todo sustento de pan.
17 Envió a un hombre delante de ellos, a José, vendido como esclavo.
18 Con grillos afligieron sus pies, él mismo fue puesto en cadenas,
19 hasta que su predicción se cumplió; la palabra del Señor lo puso a prueba.
20 El rey envió, y lo soltó, el soberano de los pueblos, lo puso en libertad.
21 Lo puso por señor de su casa, y administrador sobre todos sus bienes,
22 para que encarcelara a sus príncipes a voluntad suya, y a sus ancianos enseñara sabiduría.
23 También Israel entró en Egipto, así peregrinó Jacob en la tierra de Cam.
24 E hizo que su pueblo se multiplicara mucho, y los hizo más fuertes que sus adversarios.
25 Cambió el corazón de éstos para que odiaran a su pueblo, para que obraran astutamente contra sus siervos.
26 Envió a Moisés su siervo, y a Aarón a quien había escogido.
27 Estos hicieron las maravillas de Dios entre ellos, y prodigios en la tierra de Cam.
28 Mandó tinieblas e hizo que se oscureciera, pero ellos no prestaron atención a sus palabras.
29 Convirtió sus aguas en sangre, e hizo morir sus peces.
30 Pululó su tierra de ranas hasta en las alcobas de sus reyes.
31 El habló, y vinieron enjambres de moscas y mosquitos por todo su territorio.
32 Les dio granizo por lluvia, y llamas de fuego en su tierra.
33 Devastó también sus vides y sus higueras, y destrozó los árboles de sus territorios.
34 El habló, y vinieron langostas, y orugas sin número;
35 que devoraron toda la vegetación de su país, y se comieron el fruto de su suelo.
36 También hirió de muerte a todo primogénito de su tierra; las primicias de todo su vigor.
37 Pero a ellos los sacó con plata y oro, y entre sus tribus no hubo quien tropezara.
38 Egipto se alegró cuando se fueron, porque su terror había caído sobre ellos.
39 Extendió una nube para cubrirlos, y fuego para iluminarlos de noche.
40 Pidieron, y les mandó codornices, y los sació de pan del cielo.
41 Abrió la roca, y brotaron las aguas; corrieron como un río en tierra seca.
42 Porque se acordó de su santa palabra dada a Abraham su siervo,
43 y sacó a su pueblo con alegría, y a sus escogidos con gritos de júbilo.
44 También les dio las tierras de las naciones, y poseyeron el fruto del trabajo de los pueblos,
45 a fin de que guardaran sus estatutos, y observaran sus leyes. ¡Aleluya!
Isaías 45
1 Así dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien he tomado por la diestra, para someter ante él naciones, y para desatar lomos de reyes, para abrir ante él las puertas, para que no queden cerradas las entradas:
2 Yo iré delante de ti y allanaré los lugares escabrosos; romperé las puertas de bronce y haré pedazos sus barras de hierro.
3 Te daré los tesoros ocultos, y las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que soy yo, el Señor, Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.
4 Por amor a mi siervo Jacob y a Israel mi escogido, te he llamado por tu nombre; te he honrado, aunque no me conocías.
5 Yo soy el Señor, y no hay ningún otro; fuera de mí no hay Dios. Yo te ceñiré, aunque no me has conocido,
6 para que se sepa que desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, no hay ninguno fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro;
7 el que forma la luz y crea las tinieblas, el que causa bienestar y crea calamidades, yo soy el Señor, el que hace todo esto.
8 Destilad, oh cielos, desde lo alto, y derramen justicia las nubes; ábrase la tierra y dé fruto la salvación, y brote la justicia con ella. Yo, el Señor, todo lo he creado.
9 ¡Ay del que contiende con su Hacedor, el tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al alfarero: “Qué haces”? ¿O tu obra dirá: “El no tiene manos”?
10 ¡Ay de aquel que diga al padre: “¿Qué engendras?” O a la mujer: “¿Qué das a luz?”
11 Así dice el Señor, el Santo de Israel y su Hacedor: Preguntadme acerca de las cosas venideras tocante a mis hijos, y dejaréis a mi cuidado la obra de mis manos.
12 Yo hice la tierra y creé al hombre sobre ella. Yo extendí los cielos con mis manos, y di órdenes a todo su ejército.
13 Yo lo he despertado en justicia, y todos sus caminos allanaré. El edificará mi ciudad y dejará libres a mis desterrados sin pago ni recompensa —dice el Señor de los ejércitos.
14 Así dice el Señor: Los productos de Egipto, la mercadería de Cus y los sabeos, hombres de gran estatura, pasarán a ti y tuyos serán; detrás de ti caminarán, pasarán encadenados y ante ti se inclinarán. Te suplicarán: “Ciertamente Dios está contigo y no hay ningún otro, ningún otro dios.”
15 En verdad, tú eres un Dios que te ocultas, oh Dios de Israel, Salvador.
16 Avergonzados y aun humillados serán todos ellos; los fabricantes de ídolos a una se irán humillados.
17 Israel ha sido salvado por el Señor con salvación eterna; no seréis avergonzados ni humillados por toda la eternidad.
18 Porque así dice el Señor que creó los cielos (El es el Dios que formó la tierra y la hizo, El la estableció y no la hizo un lugar desolado, sino que la formó para ser habitada): Yo soy el Señor y no hay ningún otro.
19 No he hablado en secreto, en alguna tierra oscura; no dije a la descendencia de Jacob: “Buscadme en lugar desolado.” Yo, el Señor, hablo justicia y declaro lo que es recto.
20 Reuníos y venid; juntos acercaos, fugitivos de las naciones. No tienen conocimiento los que llevan su ídolo de madera y suplican a un dios que no puede salvar.
21 Declarad y presentad vuestro caso; sí, que deliberen juntos: ¿Quién ha anunciado esto desde la antigüedad y lo ha declarado desde entonces? ¿No soy yo, el Señor? No hay más Dios que yo, un Dios justo y salvador; no hay ninguno fuera de mí.
22 Volveos a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra; porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.
23 Por mí mismo he jurado, ha salido de mi boca en justicia una palabra que no será revocada: Que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua jurará lealtad.
24 De mí dirán: “Sólo en el Señor hay justicia y fuerza.” A El vendrán y serán avergonzados todos los que contra El se enojaron.
25 En el Señor será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.
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