Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
2° Samuel 13
1 Después de esto aconteció que teniendo Absalón, hijo de David, una hermana muy hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón, hijo de David.
2 Y Amnón estaba tan atormentado a causa de su hermana Tamar que se enfermó, porque ella era virgen, y le parecía difícil a Amnón hacerle cosa alguna.
3 Pero Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era un hombre muy astuto.
4 Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué estás tan deprimido día tras día? ¿No me lo contarás? Y Amnón le dijo: Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalón.
5 Entonces Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre venga a verte, dile: “Te ruego que dejes que mi hermana Tamar venga y me dé algún alimento para comer, y que prepare la comida delante de mí para que yo la vea y la coma de su mano.”
6 Amnón se acostó y se fingió enfermo. Cuando el rey vino a verlo, Amnón dijo al rey: Te ruego que venga mi hermana Tamar y haga dos tortas delante de mí para que yo coma de su mano.
7 Y David envió mensaje a Tamar, a su casa, diciendo: Ve ahora a la casa de tu hermano Amnón, y prepárale la comida.
8 Fue, pues, Tamar a la casa de su hermano Amnón, y él estaba acostado. Y ella tomó masa, la amasó, hizo tortas delante de él y las coció.
9 Y tomando la sartén, las sirvió delante de él, pero él rehusó comer. Y Amnón dijo: Que salgan todos de aquí. Y todos salieron de allí.
10 Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba para que yo coma de tu mano. Y Tamar tomó las tortas que había hecho y las llevó a su hermano Amnón a la alcoba.
11 Cuando ella se las llevó para que comiera, él le echó mano, y le dijo: Ven, acuéstate conmigo, hermana mía.
12 Pero ella le respondió: No, hermano mío, no abuses de mí, porque tal cosa no se hace en Israel; no cometas esta infamia.
13 Pues, ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y tú serías como uno de los insensatos de Israel. Ahora pues, te ruego que hables al rey, que él no me negará a ti.
14 Pero él no quiso escucharla; como era más fuerte que ella, la forzó, y se acostó con ella.
15 Entonces Amnón la aborreció con un odio muy grande; porque el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y Amnón le dijo: Levántate, vete.
16 Pero ella le respondió: No, porque esta injusticia que me haces, echándome fuera, es mayor que la otra que me has hecho. Mas él no quiso oírla.
17 Llamó, pues, a su criado que le servía y le dijo: Echa a esta mujer fuera de aquí, y cierra la puerta tras ella.
18 (Llevaba ella un vestido de manga larga, porque así se vestían con túnicas las hijas vírgenes del rey.) Su criado la echó fuera, y cerró la puerta tras ella.
19 Entonces Tamar se puso ceniza sobre la cabeza, rasgó el vestido de manga larga que llevaba puesto, y se fue gritando con las manos sobre la cabeza.
20 Su hermano Absalón le dijo: ¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Guarda silencio ahora, hermana mía; tu hermano es; no se angustie tu corazón por este asunto. Tamar, pues, se quedó desconsolada en casa de su hermano Absalón.
21 Cuando el rey David se enteró de todas estas cosas, se enojó mucho.
22 Pero Absalón no le habló a Amnón ni bien ni mal; pues Absalón odiaba a Amnón, porque había violado a su hermana Tamar.
23 Después de dos años, aconteció que teniendo Absalón esquiladores de ovejas en Baal-hazor, que está junto a Efraín, Absalón invitó a todos los hijos del rey.
24 Y vino Absalón al rey y dijo: He aquí, ahora tu siervo tiene esquiladores de ovejas; ruego que venga el rey y sus siervos con tu siervo.
25 Mas el rey respondió a Absalón: No, hijo mío, no debemos ir todos, para no ser carga para ti. Y aunque le insistió, no quiso ir, mas lo bendijo.
26 Entonces Absalón dijo: Pues si no, te ruego que dejes ir a mi hermano Amnón con nosotros. Y el rey le respondió: ¿Por qué ha de ir contigo?
27 Mas cuando Absalón le insistió, dejó ir con él a Amnón y a todos los hijos del rey.
28 Absalón ordenó a sus siervos, diciendo: Mirad, cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino, y cuando yo os diga: “Herid a Amnón”, entonces matadle. No temáis; ¿no os lo he mandado yo? Tened ánimo y sed valientes.
29 Y los siervos de Absalón hicieron a Amnón tal como Absalón les había mandado. Entonces todos los hijos del rey se levantaron, y montándose cada uno en su mulo, huyeron.
30 Estando aún ellos en el camino, llegó a David el rumor que decía: Absalón ha dado muerte a todos los hijos del rey, y no ha quedado ni uno de ellos.
31 Entonces el rey se levantó, rasgó sus vestidos y se echó en tierra; y todos sus siervos estaban a su lado con los vestidos rasgados.
32 Y Jonadab, hijo de Simea, hermano de David, dijo: No crea mi señor que han dado muerte a todos los jóvenes, hijos del rey, pues sólo ha muerto Amnón; porque esto había sido determinado por decisión de Absalón desde el día en que Amnón violó a su hermana Tamar.
33 Ahora pues, no tome en serio mi señor el rey el rumor que dice: “todos los hijos del rey murieron”, porque sólo Amnón ha muerto.
34 Entre tanto Absalón había huido. Y el joven que estaba de atalaya alzó los ojos y miró, y he aquí, mucha gente que venía por el camino que estaba a sus espaldas del lado del monte.
35 Y Jonadab dijo al rey: He aquí, son los hijos del rey que vienen; conforme a la palabra de tu siervo, así ha sucedido.
36 Y aconteció que apenas había acabado de hablar, he aquí, los hijos del rey llegaron, alzaron su voz y lloraron; y también el rey y todos sus siervos lloraron muy amargamente.
37 Huyó Absalón y fue a Talmai, hijo de Amiud, rey de Gesur. Y David lloraba por su hijo todos los días.
38 Así fue que Absalón huyó a Gesur, y estuvo allí tres años.
39 Y el rey David ansiaba ir adonde estaba Absalón, pues con respecto a Amnón que había muerto, ya se había consolado.
2° Corintios 6
1 Y como colaboradores con El, también os exhortamos a no recibir la gracia de Dios en vano;
2 pues El dice: En el tiempo propicio te escuche, y en el dia de salvacion te socorri. He aquí, ahora es el tiempo propicio; he aquí, ahora es el dia de salvacion.
3 No dando nosotros en nada motivo de tropiezo, para que el ministerio no sea desacreditado,
4 sino que en todo nos recomendamos a nosotros mismos como ministros de Dios, en mucha perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias,
5 en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos,
6 en pureza, en conocimiento, en paciencia, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero,
7 en la palabra de verdad, en el poder de Dios; por armas de justicia para la derecha y para la izquierda;
8 en honra y en deshonra, en mala fama y en buena fama; como impostores, pero veraces;
9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, y he aquí, vivimos; como castigados, pero no condenados a muerte;
10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo.
11 Nuestra boca, oh corintios, os ha hablado con toda franqueza. Nuestro corazón se ha abierto de par en par.
12 No estáis limitados por nosotros, sino que estáis limitados en vuestros sentimientos.
13 Ahora bien, en igual reciprocidad (os hablo como a niños) vosotros también abrid de par en par vuestro corazón.
14 No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?
15 ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo?
16 ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: Habitare en ellos, y andare entre ellos; y sere su Dios, y ellos seran mi pueblo.
17 Por tanto, salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor; y no toqueis lo inmundo, y yo os recibiré.
18 Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Ezequiel 20
1 Y sucedió que en el año séptimo, el día diez del quinto mes, vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar al Señor, y se sentaron delante de mí.
2 Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:
3 Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel y diles: “Así dice el Señor Dios: ‘¿Venís a consultarme? Vivo yo, que no me dejaré consultar por vosotros’” —declara el Señor Dios.
4 ¿Los juzgarás? ¿Los juzgarás, hijo de hombre? Hazles saber las abominaciones de sus padres,
5 y diles: “Así dice el Señor Dios: ‘El día que escogí a Israel y juré a los descendientes de la casa de Jacob, me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, y les juré diciendo: Yo soy el Señor vuestro Dios;
6 aquel día les juré que los sacaría de la tierra de Egipto a una tierra que yo había escogido para ellos, que mana leche y miel y que es la más hermosa de todas las tierras.
7 ‘Y les dije: “Arroje cada uno las cosas detestables que os atraen, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto; yo soy el Señor vuestro Dios.”
8 ‘Pero se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme; no arrojaron las cosas detestables que les atraían, ni abandonaron los ídolos de Egipto. Entonces decidí derramar mi furor sobre ellos, para desahogar contra ellos mi ira en medio de la tierra de Egipto.
9 ‘Pero actué en consideración a mi nombre, para que no fuera profanado ante los ojos de las naciones en medio de las cuales vivían, y a cuya vista me había dado a conocer sacándolos de la tierra de Egipto.
10 ‘Los saqué, pues, de la tierra de Egipto y los llevé al desierto.
11 ‘Les di mis estatutos y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre vivirá si los cumple.
12 ‘También les di mis días de reposo por señal entre ellos y yo, para que supieran que yo soy el Señor, el que los santifica.
13 ‘Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no anduvieron en mis estatutos y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumple vivirá, y mis días de reposo profanaron en gran manera. Entonces decidí derramar mi furor sobre ellos en el desierto, para exterminarlos.
14 ‘Pero actué en consideración a mi nombre, para que no fuera profanado ante los ojos de las naciones a cuya vista los había sacado.
15 ‘También les juré en el desierto que no los llevaría a la tierra que les había dado, que mana leche y miel y que es la más hermosa de todas las tierras,
16 porque desecharon mis decretos, no anduvieron en mis estatutos y profanaron mis días de reposo, porque su corazón se iba tras sus ídolos.
17 ‘Sin embargo, mi ojo los perdonó para no destruirlos, y no los hice exterminar en el desierto.
18 ‘Y dije a sus hijos en el desierto: “No andéis en los estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus decretos, ni os contaminéis con sus ídolos.
19 “Yo soy el Señor vuestro Dios; andad en mis estatutos, guardad mis decretos y ponedlos por obra.
20 “Y santificad mis días de reposo; y que sean una señal entre yo y vosotros, para que sepáis que yo soy el Señor vuestro Dios.”
21 ‘Pero los hijos se rebelaron contra mí, no anduvieron en mis estatutos, ni tuvieron cuidado de cumplir mis decretos, por los cuales el hombre que los cumple vivirá, y profanaron mis días de reposo. Entonces decidí derramar mi furor sobre ellos, para desahogar contra ellos mi ira en el desierto.
22 ‘Pero retiré mi mano y actué en consideración a mi nombre, para que no fuera profanado ante los ojos de las naciones a cuya vista los había sacado.
23 ‘También yo les juré en el desierto que los dispersaría entre las naciones y los esparciría por las tierras,
24 porque no habían cumplido mis decretos, habían desechado mis estatutos y habían profanado mis días de reposo, y tras los ídolos de sus padres se iban sus ojos.
25 ‘También les di estatutos que no eran buenos y decretos por los cuales no podrían vivir;
26 y los declaré inmundos en sus ofrendas, pues hicieron pasar por el fuego a todos sus primogénitos, a fin de llenarlos de terror, para que supieran que yo soy el Señor.’”
27 Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: “Así dice el Señor Dios: ‘Aun en esto me han blasfemado vuestros padres actuando deslealmente contra mí.
28 ‘Cuando los traje a la tierra que había jurado darles, miraron a toda colina alta y todo árbol frondoso, y allí ofrecieron sus sacrificios y allí presentaron sus ofrendas provocativas; allí presentaron también su aroma agradable y allí derramaron sus libaciones.
29 ‘Entonces les dije: “¿Qué es el lugar alto adonde vais?” Y se le dio el nombre de Bama hasta el día de hoy.’”
30 Por tanto, di a la casa de Israel: “Así dice el Señor Dios: ‘¿Os contaminaréis a la manera de vuestros padres y os prostituiréis tras sus abominaciones?
31 ‘Cuando ofrecéis vuestras ofrendas, cuando hacéis pasar por el fuego a vuestros hijos, os contamináis con todos vuestros ídolos hasta el día de hoy. ¿Y me dejaré consultar yo por vosotros, casa de Israel? Vivo yo’ —declara el Señor Dios— ‘que no me dejaré consultar por vosotros.
32 ‘Y no sucederá lo que estáis pensando, cuando decís: “Seremos como las naciones, como las tribus de otras tierras, que sirven a la madera y a la piedra.”
33 ‘Vivo yo’ —declara el Señor Dios— ‘que con mano fuerte, con brazo extendido y con furor derramado yo seré rey sobre vosotros.
34 ‘Y os sacaré de entre los pueblos y os reuniré de las tierras donde estáis dispersos con mano fuerte, con brazo extendido y con furor derramado;
35 y os llevaré al desierto de los pueblos y allí entraré en juicio con vosotros cara a cara.
36 ‘Como entré en juicio con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así entraré en juicio con vosotros’ —declara el Señor Dios.
37 ‘Y os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en el vínculo del pacto;
38 y separaré de vosotros a los rebeldes, a los que han transgredido contra mí; y los sacaré de la tierra donde peregrinan, pero no entrarán en la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy el Señor.
39 ‘En cuanto a vosotros, casa de Israel’ —así dice el Señor Dios— ‘vaya cada uno a servir a sus ídolos; pero más tarde ciertamente me escucharéis y no profanaréis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos.
40 ‘Porque en mi santo monte, en el alto monte de Israel’ —declara el Señor Dios— ‘allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella, en esta tierra; allí los aceptaré y allí reclamaré vuestras ofrendas y las primicias de vuestros dones con todas vuestras cosas sagradas.
41 ‘Como aroma agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos y os haya recogido de las tierras donde estáis dispersos; y mostraré mi santidad entre vosotros a la vista de las naciones.
42 ‘Y sabréis que yo soy el Señor, cuando os traiga a la tierra de Israel, a la tierra que juré dar a vuestros padres.
43 ‘Allí os acordaréis de vuestros caminos y de todas vuestras obras con las que os habéis contaminado, y os aborreceréis a vosotros mismos por todas las iniquidades que habéis cometido.
44 ‘Y sabréis que yo soy el Señor, cuando actúe con vosotros en consideración a mi nombre, y no conforme a vuestros malos caminos ni conforme a vuestras perversas obras, casa de Israel’” —declara el Señor Dios.
45 Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:
46 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Teman y habla contra el sur, profetiza contra el bosque del Neguev,
47 y di al bosque del Neguev: “Oye la palabra del Señor. Así dice el Señor Dios: ‘He aquí, voy a prenderte un fuego que consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la llama abrasadora, y será quemada por ella toda la superficie, desde el sur hasta el norte.
48 ‘Y toda carne verá que yo, el Señor, lo he encendido; no se apagará.’”
49 Entonces dije: ¡Ah, Señor Dios! Ellos dicen de mí: “¿No habla éste más que parábolas?”
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