Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
1° Reyes 9
1 Y sucedió que cuando Salomón había acabado de edificar la casa del Señor, la casa del rey y todo lo que Salomón deseaba hacer,
2 el Señor se apareció a Salomón por segunda vez, tal como se le había aparecido en Gabaón.
3 Y el Señor le dijo: He oído tu oración y tu súplica que has hecho delante de mí; he consagrado esta casa que has edificado, poniendo allí mi nombre para siempre; en ella estarán mis ojos y mi corazón perpetuamente.
4 Y en cuanto a ti, si andas delante de mí como anduvo tu padre David, en integridad de corazón y en rectitud, haciendo conforme a todo lo que te he mandado, y guardas mis estatutos y mis ordenanzas,
5 yo afirmaré el trono de tu reino sobre Israel para siempre, tal como prometí a tu padre David, diciendo: “No te faltará hombre sobre el trono de Israel.”
6 Pero si en verdad vosotros o vuestros hijos os apartáis de mí y no guardáis mis mandamientos y mis estatutos que he puesto delante de vosotros, y os vais y servís a otros dioses y los adoráis,
7 entonces cortaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he dado; y la casa que he consagrado a mi nombre la echaré de mi presencia, e Israel se convertirá en refrán y escarnio entre todos los pueblos.
8 Y esta casa se convertirá en un montón de ruinas, todo el que pase quedará atónito y silbará; y dirán: “¿Por qué ha hecho así el Señor a esta tierra y a esta casa?”
9 Y responderán: “Porque abandonaron al Señor su Dios, que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y tomaron para sí otros dioses, los adoraron y los sirvieron; por eso el Señor ha traído toda esta adversidad sobre ellos.”
10 Y sucedió al cabo de los veinte años, en los cuales Salomón había edificado las dos casas, la casa del Señor y la casa del rey
11 (Hiram, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón maderas de cedro y de ciprés y oro conforme a todo su deseo), que el rey Salomón dio a Hiram veinte ciudades en la tierra de Galilea.
12 Y salió Hiram de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, y no le gustaron.
13 Y dijo: ¿Qué son estas ciudades que me has dado, hermano mío? Por eso fueron llamadas tierra de Cabul hasta hoy.
14 Hiram había enviado al rey ciento veinte talentos de oro.
15 Y este es el motivo de la leva que el rey Salomón impuso para edificar la casa del Señor, su propia casa, el Milo, el muro de Jerusalén, Hazor, Meguido y Gezer.
16 Pues Faraón, rey de Egipto, había subido y capturado Gezer, le había prendido fuego, había matado a los cananeos que habitaban en la ciudad, y la había dado en dote a su hija, la mujer de Salomón.
17 Y Salomón reconstruyó Gezer y Bet-horón de abajo,
18 y Baalat y Tadmor en el desierto, en la tierra de Judá,
19 y todas las ciudades de almacenaje que Salomón tenía, y las ciudades de sus carros y las ciudades para sus hombres de a caballo, y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio.
20 A todo el pueblo que había quedado de los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de los hijos de Israel,
21 es decir, a sus descendientes que habían quedado en la tierra después de ellos, a quienes los hijos de Israel no habían podido destruir completamente, Salomón les impuso leva de servidumbre hasta el día de hoy.
22 Mas de los hijos de Israel Salomón no hizo esclavos, porque ellos eran hombres de guerra, sus servidores, sus príncipes, sus capitanes, los comandantes de sus carros y sus hombres de a caballo.
23 Estos eran los oficiales que estaban al frente de la obra de Salomón, quinientos cincuenta, quienes supervisaban al pueblo que hacía la obra.
24 Tan pronto como la hija de Faraón subió de la ciudad de David a la casa que le había construido Salomón, entonces él edificó el Milo.
25 Y tres veces al año Salomón ofrecía holocaustos y ofrendas de paz sobre el altar que él había edificado al Señor, quemando incienso al mismo tiempo sobre el altar que estaba delante del Señor después que terminó la casa.
26 El rey Salomón también construyó una flota en Ezión-geber, que está cerca de Elot, en la ribera del mar Rojo, en la tierra de Edom.
27 Y envió Hiram a sus siervos con la flota, marineros que conocían el mar, junto con los siervos de Salomón.
28 Y fueron a Ofir, y de allí tomaron cuatrocientos veinte talentos de oro que llevaron al rey Salomón.
Efesios 6
1 Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo.
2 Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa),
3 para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra.
4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.
5 Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo;
6 no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios.
7 Servid de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
8 sabiendo que cualquier cosa buena que cada uno haga, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
9 Y vosotros, amos, haced lo mismo con ellos, y dejad las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y de vosotros está en los cielos, y que para El no hay acepción de personas.
10 Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.
11 Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz;
16 en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno.
17 Tomad también el yelmo de la salvacion, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
18 Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19 y orad por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio,
20 por el cual soy embajador en cadenas; que al proclamarlo hable con denuedo, como debo hablar.
21 Pero a fin de que también vosotros sepáis mi situación y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro en el Señor,
22 a quien he enviado a vosotros precisamente para esto, para que sepáis de nosotros y para que consuele vuestros corazones.
23 Paz sea a los hermanos, y amor con fe de Dios el Padre y del Señor Jesucristo.
24 La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor incorruptible.
Ezequiel 39
1 Y tú, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di: “Así dice el Señor Dios: ‘He aquí, yo estoy contra ti, Gog, príncipe de Ros, Mesec, y Tubal.
2 ‘Te haré dar vuelta y te empujaré, te recogeré de las partes remotas del norte y te traeré contra los montes de Israel.
3 ‘Romperé el arco de tu mano izquierda, y derribaré las saetas de tu mano derecha.
4 ‘Sobre los montes de Israel caerás, tú y todas tus tropas y los pueblos que están contigo. Te daré por comida a toda clase de ave de rapiña y a las bestias del campo.
5 ‘Sobre el campo abierto caerás; porque soy yo el que ha hablado’ —declara el Señor Dios.
6 ‘Enviaré fuego sobre Magog y sobre los que habitan seguros en las costas; y sabrán que yo soy el Señor.
7 ‘Mi santo nombre daré a conocer en medio de mi pueblo Israel, y nunca más permitiré que mi santo nombre sea profanado; y sabrán las naciones que yo soy el Señor, el Santo en Israel.
8 ‘He aquí que viene y se cumplirá’ —declara el Señor Dios. ‘Este es el día del cual he hablado.
9 ‘Entonces saldrán los habitantes de las ciudades de Israel y harán hogueras con las armas, y quemarán escudos, paveses, arcos y saetas, mazas y lanzas, y harán fuego con ellos durante siete años.
10 ‘No tomarán leña del campo ni la recogerán de los bosques, porque harán hogueras con las armas; despojarán a sus despojadores y saquearán a sus saqueadores’ —declara el Señor Dios.
11 ‘Y sucederá en aquel día que daré a Gog un lugar para sepultura allí en Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar, y cortará el paso a los viajeros. Allí enterrarán a Gog con toda su multitud, y lo llamarán el valle de Hamón-gog.
12 ‘Durante siete meses la casa de Israel los estará enterrando para limpiar la tierra.
13 ‘Todo el pueblo de la tierra los enterrará; y será para ellos memorable el día en que yo me glorifique’ —declara el Señor Dios.
14 ‘Y escogerán hombres que constantemente recorran la tierra y entierren a los que pasen, a los que queden sobre la superficie de la tierra, para limpiarla. Al cabo de siete meses harán un reconocimiento.
15 ‘Y cuando pasen los que recorran la tierra, el que vea un hueso humano, pondrá señal junto a él, hasta que los sepultureros lo entierren en el valle de Hamón-gog.
16 ‘Y el nombre de la ciudad será Hamona; y dejarán limpia la tierra.’”
17 En cuanto a ti, hijo de hombre, así dice el Señor Dios: “Di a toda clase de ave y a toda bestia del campo: ‘Congregaos y venid, juntaos de todas partes al sacrificio que voy a preparar para vosotros, un gran sacrificio sobre los montes de Israel, y comeréis carne y beberéis sangre.
18 ‘Comeréis carne de poderosos y beberéis sangre de los príncipes de la tierra, como si fueran carneros, corderos, machos cabríos y toros, engordados todos en Basán.
19 ‘Comeréis grosura hasta que os hartéis, y beberéis sangre hasta que os embriaguéis, del sacrificio que he preparado para vosotros.
20 ‘Os hartaréis a mi mesa de caballos y jinetes, de poderosos y de todos los hombres de guerra’ —declara el Señor Dios.
21 ‘Y pondré mi gloria entre las naciones; y todas las naciones verán el juicio que he hecho y mi mano que he puesto sobre ellos.
22 ‘Y sabrá la casa de Israel que yo soy el Señor su Dios desde ese día en adelante.
23 ‘Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue al cautiverio por su iniquidad porque actuaron pérfidamente contra mí; escondí, pues, mi rostro de ellos, los entregué en manos de sus adversarios y todos ellos cayeron a espada.
24 ‘Conforme a su inmundicia y conforme a sus transgresiones, así los traté, y de ellos escondí mi rostro.’”
25 Por tanto, así dice el Señor Dios: Ahora restauraré el bienestar de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso de mi santo nombre.
26 Y ellos olvidarán su ignominia y todas las infidelidades que cometieron contra mí, cuando habiten seguros en su tierra sin que nadie los atemorice.
27 Cuando yo los traiga de entre los pueblos y los reúna de las tierras de sus enemigos, seré santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones.
28 Entonces sabrán que yo soy el Señor su Dios, porque los hice ir al cautiverio entre las naciones, y después los reuní de nuevo en su propia tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos.
29 No les ocultaré más mi rostro, porque habré derramado mi Espíritu sobre la casa de Israel —declara el Señor Dios.
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