Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
2° Reyes 7
1 Entonces Eliseo dijo: Oíd la palabra del Señor. Así dice el Señor: “Mañana como a esta hora en la puerta de Samaria, una medida de flor de harina se venderá a un siclo, y dos medidas de cebada a un siclo.”
2 Y el oficial real en cuyo brazo se apoyaba el rey, respondió al hombre de Dios, y dijo: Mira, aunque el Señor hiciera ventanas en los cielos, ¿podría suceder tal cosa? Entonces Eliseo dijo: He aquí, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello.
3 Y había cuatro leprosos a la entrada de la puerta, y se dijeron el uno al otro: ¿Por qué estamos aquí sentados esperando la muerte?
4 Si decimos: “Vamos a entrar en la ciudad,” como el hambre está en la ciudad, moriremos allí; y si nos sentamos aquí, también moriremos. Ahora pues, vayamos y pasemos al campamento de los arameos. Si nos perdonan la vida, viviremos; y si nos matan, pues moriremos.
5 Y se levantaron al anochecer para ir al campamento de los arameos. Y cuando llegaron a las afueras del campamento de los arameos, he aquí, no había allí nadie.
6 Porque el Señor había hecho que el ejército de los arameos oyera estruendo de carros y ruido de caballos, el estruendo de un gran ejército, de modo que se dijeron el uno al otro: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los hititas y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.
7 Por lo cual se levantaron y huyeron al anochecer, y abandonaron sus tiendas, sus caballos y sus asnos y el campamento tal como estaba, y huyeron para salvar sus vidas.
8 Cuando llegaron los leprosos a las afueras del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y se llevaron de allí plata y oro y ropas, y fueron y lo escondieron; y volvieron y entraron en otra tienda y de allí también se llevaron botín, y fueron y lo escondieron.
9 Entonces se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buenas nuevas, pero nosotros estamos callados; si esperamos hasta la luz de la mañana, nos vendrá castigo. Vamos pues, ahora, y entremos a dar la noticia a la casa del rey.
10 Y fueron y llamaron a los guardas de la puerta de la ciudad, y les informaron, diciendo: Fuimos al campamento de los arameos, y he aquí que no había allí nadie, ni siquiera voz de hombre; solamente los caballos atados, también los asnos atados y las tiendas intactas.
11 Y los guardas de la puerta llamaron, y lo anunciaron dentro de la casa del rey.
12 Entonces el rey se levantó de noche y dijo a sus siervos: Ahora os diré lo que los arameos nos han hecho. Saben que estamos hambrientos; por tanto han salido del campamento para esconderse en el campo, diciendo: “Cuando salgan de la ciudad, los tomaremos vivos y entraremos en la ciudad.”
13 Y uno de sus siervos respondió, y dijo: Deja que algunos hombres tomen cinco de los caballos que quedan, de los que quedan en la ciudad. He aquí, ya que les sucederá como a toda la multitud de Israel que queda en la ciudad (como a toda la multitud de Israel que ya ha perecido), he aquí, vamos a enviarlos y veamos.
14 Entonces tomaron dos carros con caballos, y el rey los envió en pos del ejército de los arameos, diciendo: Id y ved.
15 Y los siguieron hasta el Jordán, y he aquí, todo el camino estaba lleno de vestidos e impedimenta que los arameos habían arrojado en su prisa. Entonces los mensajeros volvieron e informaron al rey.
16 Y el pueblo salió y saqueó el campamento de los arameos. Entonces una medida de flor de harina se vendió a un siclo y dos medidas de cebada a un siclo, conforme a la palabra del Señor.
17 Y el rey puso a cargo de la puerta al oficial real en cuyo brazo se apoyaba; pero el pueblo lo atropelló a la puerta y murió, tal como había dicho el hombre de Dios, el cual habló cuando el rey descendió a él.
18 Aconteció tal como el hombre de Dios había hablado al rey, cuando dijo: Mañana a estas horas a la puerta de Samaria serán vendidas dos medidas de cebada a un siclo y una medida de flor de harina a un siclo.
19 Y el oficial real, había respondido al hombre de Dios, diciendo: Mira, aunque el Señor hiciera ventanas en los cielos, ¿podría suceder tal cosa? Y Eliseo dijo: He aquí, tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello.
20 Y así sucedió, porque el pueblo lo atropelló a la puerta, y murió.
1° Timoteo 4
1 Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios,
2 mediante la hipocresía de mentirosos que tienen cauterizada la conciencia;
3 prohibiendo casarse y mandando abstenerse de alimentos que Dios ha creado para que con acción de gracias participen de ellos los que creen y que han conocido la verdad.
4 Porque todo lo creado por Dios es bueno y nada se debe rechazar si se recibe con acción de gracias;
5 porque es santificado mediante la palabra de Dios y la oración.
6 Al señalar estas cosas a los hermanos serás un buen ministro de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.
7 Pero nada tengas que ver con las fábulas profanas propias de viejas. Más bien disciplínate a ti mismo para la piedad;
8 porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura.
9 Palabra fiel es ésta, y digna de ser aceptada por todos.
10 Porque por esto trabajamos y nos esforzamos, porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los creyentes.
11 Esto manda y enseña.
12 No permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza.
13 Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza.
14 No descuides el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por medio de la profecía con la imposición de manos del presbiterio.
15 Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu aprovechamiento sea evidente a todos. 16 Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan.
Daniel 11
1 Y en el año primero de Darío el medo, yo mismo me levanté para serle fortalecedor y protector.
2 Y ahora te declararé la verdad: He aquí, se levantarán tres reyes más en Persia, y un cuarto rey obtendrá muchas más riquezas que todos ellos. Cuando éste se haya hecho fuerte con sus riquezas, incitará a todo el imperio contra el reino de Grecia.
3 Se levantará entonces un rey poderoso que gobernará con gran autoridad y hará lo que le plazca.
4 Pero cuando se haya levantado, su reino será fragmentado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo, no a sus descendientes, ni según el poder que ejerció, pues su reino será arrancado y dado a otros fuera de ellos.
5 Entonces el rey del sur se hará poderoso, y uno de sus príncipes se hará más poderoso que él y dominará; su dominio será un gran dominio.
6 Y años después, harán alianza, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer el pacto. Pero ella no retendrá su posición de poder, ni él permanecerá con su poder, sino que ella será entregada juntamente con los que la trajeron, con el que la engendró y con el que la sostenía en aquellos tiempos.
7 Pero se levantará un vástago de sus raíces en su lugar, y vendrá contra el ejército y entrará en la fortaleza del rey del norte, y contenderá con ellos y prevalecerá.
8 Aun sus dioses, sus imágenes fundidas y sus vasijas preciosas de plata y de oro los tomará y se los llevará a Egipto, y por algunos años él se mantendrá lejos del rey del norte.
9 Y éste entrará en el reino del rey del sur, y luego se volverá a su tierra.
10 Pero sus hijos se movilizarán y reunirán una multitud de grandes ejércitos, y uno de ellos seguirá avanzando e inundará y pasará adelante, para hacer guerra de nuevo hasta la misma fortaleza.
11 Y se enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleará contra el rey del norte. Y éste levantará una gran multitud, pero esa multitud será entregada en manos de aquél.
12 Cuando se haya llevado la multitud, su corazón se enaltecerá y hará caer a muchos millares, pero no prevalecerá.
13 El rey del norte volverá a levantar una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos años avanzará con un gran ejército y con mucho equipo.
14 En aquellos tiempos, muchos se levantarán contra el rey del sur; los violentos de tu pueblo también se levantarán para cumplir la visión, pero caerán.
15 Vendrá el rey del norte, levantará un terraplén y tomará una ciudad bien fortificada; y las fuerzas del sur no podrán mantenerse, ni aun sus tropas más selectas, porque no habrá fuerzas para resistir.
16 Pero el que viene contra él hará lo que quiera, y nadie podrá resistirlo; y permanecerá por algún tiempo en la Tierra Hermosa, llevando la destrucción en su mano.
17 Y afirmará su rostro para venir con el poder de todo su reino, trayendo consigo oferta de paz, lo cual llevará a cabo. También le dará una hija de las mujeres para destruirlo, pero ella no le respaldará ni se pondrá a su lado.
18 Entonces volverá su rostro hacia las costas y tomará muchas de ellas. Pero un príncipe pondrá fin a su afrenta; además, hará recaer sobre él su afrenta.
19 Después volverá su rostro hacia las fortalezas de su tierra, pero tropezará y caerá, y no se le hallará más.
20 Y se levantará en su lugar otro que enviará un opresor a través de la Joya de su reino; pero a los pocos días será destruido, aunque no en ira ni en batalla.
21 En su lugar se levantará un hombre despreciable, a quien no se le han otorgado los honores de la realeza. Vendrá cuando haya tranquilidad y se apoderará del reino con intrigas.
22 Las fuerzas abrumadoras serán barridas ante él y destruidas, así como también el príncipe del pacto.
23 Y después que se haya hecho alianza con él, actuará con engaño, y subirá y ganará poder con poca gente.
24 En un tiempo de tranquilidad entrará en los lugares más ricos de la provincia, y logrará lo que nunca lograron sus padres, ni los padres de sus padres; repartirá entre ellos despojos, botín y riquezas, y contra las fortalezas urdirá sus intrigas, pero sólo por un tiempo.
25 Incitará su fuerza y su corazón contra el rey del sur con un gran ejército; y el rey del sur movilizará para la guerra un ejército muy grande y muy poderoso, pero no podrá resistir, porque urdirán intrigas contra él.
26 Y los que comen de sus manjares lo destruirán; su ejército será barrido y muchos caerán muertos.
27 En cuanto a los dos reyes, en sus corazones maquinarán el mal, y en la misma mesa se hablarán mentiras; pero esto no tendrá éxito, porque el fin aún ha de venir en el tiempo señalado.
28 Entonces volverá a su tierra con grandes riquezas, pero pondrá su corazón contra el pacto santo; actuará contra éste, y volverá a su tierra.
29 En el tiempo señalado volverá y entrará en el sur, pero esta última vez no resultará como la primera.
30 Porque vendrán contra él naves de Quitim, y se desanimará; volverá y se enfurecerá contra el pacto santo y actuará contra él; volverá, pues, y favorecerá a los que abandonen el pacto santo.
31 Y de su parte se levantarán tropas, profanarán el santuario-fortaleza, abolirán el sacrificio perpetuo y establecerán la abominación de la desolación.
32 Con halagos hará apostatar a los que obran inicuamente hacia el pacto, mas el pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y actuará.
33 Y los entendidos entre el pueblo instruirán a muchos; sin embargo, durante muchos días caerán a espada y a fuego, en cautiverio y despojo.
34 Cuando caigan, recibirán poca ayuda, y muchos se unirán a ellos hipócritamente.
35 También algunos de los entendidos caerán, a fin de ser refinados, purificados y emblanquecidos hasta el tiempo del fin; porque aún está por venir el tiempo señalado.
36 El rey hará lo que le plazca, se enaltecerá y se engrandecerá sobre todo dios, y contra el Dios de los dioses dirá cosas horrendas; él prosperará hasta que se haya acabado la indignación, porque lo que está decretado se cumplirá.
37 No le importarán los dioses de sus padres ni el favorito de las mujeres, tampoco le importará ningún otro dios, porque él se ensalzará sobre todos ellos.
38 En su lugar honrará al dios de las fortalezas, un dios a quien sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, piedras preciosas y cosas de gran valor.
39 Y actuará contra la más fuerte de las fortalezas con la ayuda de un dios extranjero; a los que le reconozcan colmará de honores, los hará gobernar sobre muchos y repartirá la tierra por un precio.
40 Y al tiempo del fin, el rey del sur se enfrentará con él, y el rey del norte lo atacará con carros, jinetes y con numerosas naves; entrará en sus tierras, las invadirá y pasará.
41 También entrará a la Tierra Hermosa, y muchos países caerán; mas éstos serán librados de su mano: Edom, Moab y lo más selecto de los hijos de Amón.
42 Y extenderá su mano contra otros países, y la tierra de Egipto no escapará.
43 Se apoderará de los tesoros ocultos de oro y plata y de todas las cosas preciosas de Egipto. Libios y etíopes seguirán sus pasos.
44 Pero rumores del oriente y del norte lo turbarán, y saldrá con gran furor para destruir y aniquilar a muchos.
45 Y plantará las tiendas de su pabellón entre los mares y el monte glorioso y santo; pero llegará a su fin y no habrá quien lo ayude.
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