Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
2° Reyes 17
1 En el año doce de Acaz, rey de Judá, Oseas, hijo de Ela, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó nueve años.
2 E hizo lo malo ante los ojos del Señor, aunque no como los reyes de Israel que habían sido antes de él.
3 Subió contra él Salmanasar, rey de Asiria, y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo.
4 Pero el rey de Asiria descubrió una conspiración de Oseas, quien había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no había pagado tributo al rey de Asiria como había hecho año tras año; por tanto el rey de Asiria lo detuvo y lo encadenó en la cárcel.
5 Entonces el rey de Asiria invadió todo el país y subió a Samaria, y le puso sitio por tres años.
6 En el año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria y se llevó a Israel al destierro en Asiria, y los puso en Halah y en Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos.
7 Esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el Señor su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón, rey de Egipto, y habían reverenciado a otros dioses;
8 y anduvieron en las costumbres de las naciones que el Señor había arrojado de delante de los hijos de Israel, y en las costumbres de los reyes de Israel que ellos habían introducido.
9 Y los hijos de Israel secretamente hicieron cosas que no eran rectas contra el Señor su Dios. Además se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de atalaya hasta las ciudades fortificadas.
10 Se erigieron pilares sagrados y Aseras sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso,
11 y quemaron incienso allí en todos los lugares altos, como las naciones que el Señor se había llevado al destierro de delante de ellos; e hicieron cosas malas provocando al Señor.
12 Y sirvieron a ídolos, acerca de los cuales el Señor les había dicho: Vosotros no haréis esto.
13 Y el Señor amonestaba a Israel y a Judá por medio de todos sus profetas y de todo vidente, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos, mis estatutos conforme a toda la ley que ordené a vuestros padres y que os envié por medio de mis siervos los profetas.
14 Sin embargo, ellos no escucharon, sino que endurecieron su cerviz como sus padres, que no creyeron en el Señor su Dios.
15 Desecharon sus estatutos y el pacto que El había hecho con sus padres, y sus advertencias con las cuales los había amonestado. Y siguieron la vanidad y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el Señor les había ordenado que no hicieran como ellas.
16 Y abandonaron todos los mandamientos del Señor su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros; hicieron una Asera, adoraron a todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal.
17 Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del Señor, provocándole.
18 Y el Señor se airó en gran manera contra Israel y los quitó de su presencia; no quedó sino sólo la tribu de Judá.
19 Tampoco Judá guardó los mandamientos del Señor su Dios, sino que anduvieron en las costumbres que Israel había introducido.
20 Y el Señor desechó a toda la descendencia de Israel, y los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta que los echó de su presencia.
21 Cuando El arrancó a Israel de la casa de David, ellos hicieron rey a Jeroboam, hijo de Nabat. Entonces Jeroboam apartó a Israel de seguir al Señor, y les hizo cometer un gran pecado.
22 Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados que había cometido Jeroboam; no se apartaron de ellos,
23 hasta que el Señor quitó a Israel de su presencia, como El había hablado por medio de todos sus siervos los profetas. E Israel fue llevado de su propia tierra al destierro, a Asiria, hasta hoy.
24 Y el rey de Asiria trajo hombres de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel. Y tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus ciudades.
25 Y aconteció que como al principio de habitar ellos allí, no temieron al Señor, el Señor envió leones entre ellos que mataron a muchos de ellos.
26 Entonces hablaron al rey de Asiria, diciendo: Las naciones que has llevado al destierro a las ciudades de Samaria, no conocen la costumbre del dios de la tierra; por eso él ha enviado leones entre ellos, y he aquí, los leones los matan porque ellos no conocen la costumbre del dios de la tierra.
27 Y el rey de Asiria ordenó, diciendo: Llevad allá a uno de los sacerdotes que llevasteis al destierro, y que él vaya y habite allí; y que les enseñe la costumbre del dios de la tierra.
28 Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado al destierro desde Samaria, y habitó en Betel, y les enseñó cómo habían de temer al Señor.
29 Pero cada nación continuó haciendo sus propios dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que los samaritanos habían hecho, cada nación en las ciudades en que habitaban.
30 Y los hombres de Babilonia hicieron a Sucot-benot; los hombres de Cuta hicieron a Nergal; los hombres de Hamat hicieron a Asima;
31 y los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac; y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego como ofrenda a Adramelec y Anamelec, dioses de Sefarvaim.
32 También temían al Señor y nombraron de entre sí sacerdotes de los lugares altos, que oficiaban por ellos en las casas de los lugares altos.
33 Temían al Señor y servían a sus dioses conforme a la costumbre de las naciones de donde habían sido llevados al destierro.
34 Hasta el día de hoy siguen haciendo conforme a sus antiguas costumbres. No temen al Señor, ni siguen sus estatutos ni sus ordenanzas ni la ley ni el mandamiento que el Señor había ordenado a los hijos de Jacob, a quien puso el nombre de Israel,
35 con los cuales el Señor hizo un pacto y les ordenó, diciendo: No temeréis a otros dioses ni os inclinaréis ante ellos, no los serviréis ni les ofreceréis sacrificios.
36 Sino que al Señor, que os hizo subir de la tierra de Egipto con gran poder y con brazo extendido, a El temeréis y ante El os inclinaréis y a El ofreceréis sacrificios.
37 Y los estatutos, las ordenanzas, la ley y el mandamiento que El os escribió, cuidaréis de cumplirlos siempre, y no temeréis a otros dioses.
38 Y el pacto que he hecho con vosotros, no lo olvidaréis, ni temeréis a otros dioses.
39 Sino que al Señor vuestro Dios temeréis, y El os librará de la mano de todos vuestros enemigos.
40 Pero ellos no escucharon, sino que hicieron conforme a su antigua costumbre.
41 Y aunque estas naciones temían al Señor, también servían a sus ídolos; y de la misma manera que hicieron sus padres, así hacen hasta hoy sus hijos y sus nietos.
Tito 3
1 Recuérdales que estén sujetos a los gobernantes, a las autoridades; que sean obedientes, que estén preparados para toda buena obra;
2 que no injurien a nadie, que no sean contenciosos, sino amables, mostrando toda consideración para con todos los hombres.
3 Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros.
4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad,
5 El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,
6 que El derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador,
7 para que justificados por su gracia fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.
8 Palabra fiel es ésta, y en cuanto a estas cosas quiero que hables con firmeza, para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles para los hombres.
9 Pero evita controversias necias, genealogías, contiendas y discusiones acerca de la ley, porque son sin provecho y sin valor.
10 Al hombre que cause divisiones, después de la primera y segunda amonestación, deséchalo,
11 sabiendo que el tal es perverso y peca, habiéndose condenado a sí mismo.
12 Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, procura venir a mí en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno.
13 Encamina con diligencia a Zenas, intérprete de la ley, y a Apolos, para que nada les falte.
14 Y que nuestro pueblo aprenda a ocuparse en buenas obras, atendiendo a las necesidades apremiantes, para que no estén sin fruto.
15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros.
Oseas 10
1 Israel es un viñedo frondoso, dando fruto para sí mismo; según la abundancia de su fruto, así multiplicaba los altares; cuanto más rica era su tierra, más hermosos hacían sus pilares sagrados.
2 Su corazón es infiel; ahora serán hallados culpables; el Señor derribará sus altaresy destruirá sus pilares sagrados.
3 Ciertamente ahora dirán: No tenemos rey, porque no hemos temido al Señor. Y el rey, ¿qué haría por nosotros?
4 Hablan meras palabras, hacen pactos con juramentos vanos, y el juicio brotará como hierbas venenosas en los surcos del campo.
5 Por el becerro de Bet-avén temerán los habitantes de Samaria. En verdad, por él hará duelo su pueblo, y sus sacerdotes idólatras se lamentarán a causa de él, porque de él se ha alejado su gloria.
6 También el becerro será llevado a Asiria como tributo al rey Jareb; Efraín se cubrirá de vergüenza, e Israel se avergonzará de su consejo.
7 Samaria será destruida con su rey, como una astilla sobre la superficie del agua.
8 También serán destruidos los lugares altos de Avén, el pecado de Israel; espinos y abrojos crecerán sobre sus altares. Entonces dirán a los montes: ¡Cubridnos!, y a los collados: ¡Caed sobre nosotros!
9 Desde los días de Guibeá has pecado, oh Israel; ¡allí se han quedado! ¿No los alcanzará en Guibeá la batalla contra los hijos de la iniquidad?
10 Cuando yo lo desee, los castigaré; y se juntarán pueblos contra ellos cuando sean castigados por su doble iniquidad.
11 Efraín es una novilla domesticada que le gusta trillar, pero yo pasaré un yugo sobre su hermosa cerviz; unciré a Efraín, arará Judá, rastrillará Jacob por sí mismo.
12 Sembrad para vosotros según la justicia, segad conforme a la misericordia; romped el barbecho, porque es tiempo de buscar al Señor hasta que venga a enseñaros justicia.
13 Habéis arado iniquidad, habéis segado injusticia, habéis comido fruto de mentira. Porque has confiado en tu camino, en la multitud de tus guerreros,
14 se levantará un tumulto entre tu pueblo, y todas tus fortalezas serán destruidas, como Salmán destruyó a Bet-arbel el día de la batalla, cuando las madres fueron despedazadas con sus hijos.
15 Así os será hecho en Betel a causa de vuestra gran iniquidad. Al amanecer, el rey de Israel será totalmente destruido.
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