Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Hebreos 8
1 Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es éste: tenemos tal sumo sacerdote, el cual se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
2 como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero, que el Señor erigió, no el hombre.
3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual es necesario que éste también tenga algo que ofrecer.
4 Así que si El estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
5 los cuales sirven a lo que es copia y sombra de las cosas celestiales, tal como Moisés fue advertido por Dios cuando estaba a punto de erigir el tabernáculo; pues, dice El: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que te fue mostrado en el monte.
6 Pero ahora El ha obtenido un ministerio tanto mejor, por cuanto es también el mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
7 Pues si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto, no se hubiera buscado lugar para el segundo.
8 Porque reprochándolos, El dice: Mirad que vienen dias, dice el Señor, en que establecere un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Juda;
9 no como el pacto que hice con sus padres el dia que los tome de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendi de ellos, dice el Señor.
10 Porque este es el pacto que yo hare con la casa de Israel despues de aquellos dias, dice el Señor: Pondre mis leyes en la mente de ellos, y las escribire sobre sus corazones. Y yo sere su Dios, y ellos seran mi pueblo.
11 Y ninguno de ellos enseñara a su conciudadano ni ninguno a su hermano, diciendo: “Conoce al Señor”, porque todos me conoceran, desde el menor hasta el mayor de ellos.
12 Pues tendre misericordia de sus iniquidades, y nunca mas me acordare de sus pecados.
13 Cuando El dijo: Un nuevo pacto, hizo anticuado al primero; y lo que se hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer.
Amós 2
1 Así dice el Señor: Por tres transgresiones de Moab, y por cuatro, no revocaré su castigo, porque quemó los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos.
2 Enviaré, pues, fuego sobre Moab, que consumirá los palacios de Queriot, y Moab morirá entre el tumulto, entre gritos de guerra y sonido de trompeta.
3 También extirparé al juez de en medio de ella, y mataré a todos sus príncipes con él —dice el Señor. Juicio contra Judá e Israel
4 Así dice el Señor: Por tres transgresiones de Judá, y por cuatro, no revocaré su castigo, porque desecharon la ley del Señor y no guardaron sus estatutos; también les han hecho errar sus mentiras, tras las cuales anduvieron sus padres.
5 Enviaré, pues, fuego sobre Judá, y consumirá los palacios de Jerusalén.
6 Así dice el Señor: Por tres transgresiones de Israel, y por cuatro, no revocaré su castigo, porque venden al justo por dinero y al necesitado por un par de sandalias.
7 Los que pisotean en el polvo de la tierra la cabeza de los desvalidos, también tuercen el camino de los humildes. Un hombre y su padre se llegan a la misma joven profanando mi santo nombre;
8 sobre ropas empeñadas se tienden junto a cualquier altar, y el vino de los que han sido multados beben en la casa de su Dios.
9 Yo destruí al amorreo delante de ellos, cuya altura era como la altura de los cedros, y era fuerte como las encinas; yo destruí su fruto por arriba y su raíz por abajo.
10 Y a vosotros yo os hice subir de la tierra de Egipto, y os conduje por el desierto cuarenta años para que tomarais posesión de la tierra del amorreo.
11 Y levanté profetas de entre vuestros hijos y nazareos de entre vuestros jóvenes. ¿No es así, hijos de Israel? —declara el Señor.
12 Pero vosotros hicisteis beber vino a los nazareos, y a los profetas les ordenasteis, diciendo: No profeticéis.
13 He aquí, yo estoy oprimido debajo de vosotros como está oprimida una carreta llena de gavillas.
14 Y la huida le fallará al ligero, y el fuerte no fortalecerá su poder, ni el valiente salvará su vida.
15 El que empuña el arco no resistirá, el ligero de pies no escapará, ni el que monta a caballo salvará su vida.
16 Y aun el más intrépido entre los valientes huirá desnudo aquel día —declara el Señor.
Acompañe la lectura del 316° día ingresando aquí.
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