Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
Hebreos 10
1 Pues ya que la ley sólo tiene la sombra de los bienes futuros y no la forma misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ellos ofrecen continuamente año tras año, hacer perfectos a los que se acercan.
2 De otra manera, ¿no habrían cesado de ofrecerse, ya que los adoradores, una vez purificados, no tendrían ya más conciencia de pecado?
3 Pero en esos sacrificios hay un recordatorio de pecados año tras año.
4 Porque es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados.
5 Por lo cual, al entrar El en el mundo, dice: Sacrificio y ofrenda no has querido, pero un cuerpo has preparado para mi;
6 en holocaustos y sacrificios por el pecado no te has complacido.
7 Entonces dije: “He aqui, yo he venido (en el rollo del libro esta escrito de mi) para hacer, oh Dios, tu voluntad.”
8 Habiendo dicho arriba: Sacrificios y ofrendas y holocaustos, y sacrificios por el pecado no has querido, ni en ellos te has complacido (los cuales se ofrecen según la ley),
9 entonces dijo: He aqui, yo he venido para hacer tu voluntad. El quita lo primero para establecer lo segundo.
10 Por esta voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida de una vez para siempre.
11 Y ciertamente todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;
12 pero El, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sento a la diestra de Dios,
13 esperando de ahí en adelante hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
14 Porque por una ofrenda El ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.
15 Y también el Espíritu Santo nos da testimonio; porque después de haber dicho:
16 Este es el pacto que hare con ellos despues de aquellos dias —dice el Señor: Pondre mis leyes en su corazon, y en su mente las escribire, añade:
17 Y nunca mas me acordare de sus pecados e iniquidades.
18 Ahora bien, donde hay perdón de estas cosas, ya no hay ofrenda por el pecado.
19 Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús,
20 por un camino nuevo y vivo que El inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, su carne,
21 y puesto que tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
23 Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió;
24 y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras,
25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.
26 Porque si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio alguno por los pecados,
27 sino cierta horrenda expectación de juicio, y la furia de un fuego que ha de consumir a los adversarios.
28 Cualquiera que viola la ley de Moisés muere sin misericordia por el testimonio de dos o tres testigos.
29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha tenido por inmunda la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ha ultrajado al Espíritu de gracia?
30 Pues conocemos al que dijo: Mia es la venganza, yo pagare. Y otra vez: El Señor juzgara a su pueblo.
31 ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!
32 Pero recordad los días pasados, cuando después de haber sido iluminados, soportasteis una gran lucha de padecimientos;
33 por una parte, siendo hechos un espectáculo público en oprobios y aflicciones, y por otra, siendo compañeros de los que eran tratados así.
34 Porque tuvisteis compasión de los prisioneros y aceptasteis con gozo el despojo de vuestros bienes, sabiendo que tenéis para vosotros mismos una mejor y más duradera posesión.
35 Por tanto, no desechéis vuestra confianza, la cual tiene gran recompensa.
36 Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
37 Porque dentro de muy poco tiempo, el que ha de venir vendra y no tardara.
38 Mas mi justo vivira por la fe; y si retrocede, mi alma no se complacera en el.
39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma.
Amós 4
1 Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, las que oprimís a los pobres, quebrantáis a los menesterosos, y decís a vuestros maridos: Traed ahora, para que bebamos.
2 El Señor Dios ha jurado por su santidad: He aquí, vienen sobre vosotras días en que os llevarán con garfios, y a vuestro remanente con anzuelos.
3 Saldréis por las brechas, una tras otra, y seréis expulsadas al Harmón —declara el Señor.
4 Entrad en Betel y pecad, multiplicad en Gilgal las transgresiones; traed vuestros sacrificios cada mañana, vuestros diezmos cada tres días.
5 Ofreced también pan leudado en ofrenda de gratitud, y proclamad ofrendas voluntarias, dadlas a conocer, puesto que así os place, hijos de Israel—declara el Señor Dios.
6 Yo también os he dado dientes limpios en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros lugares; pero os no habéis vuelto a mí —declara el Señor.
7 Y además os retuve la lluvia cuando aún faltaban tres meses para la siega; hice llover sobre una ciudad y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovía, y la parte donde no llovía, se secó.
8 Así que de dos o tres ciudades iban tambaleándose a otra ciudad para beber agua, y no se saciaban; pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor.
9 Os herí con viento abrasador y con añublo; y la oruga ha devorado vuestros muchos huertos y viñedos, vuestras higueras y vuestros olivos; pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor.
10 Envié contra vosotros una plaga, como la plaga de Egipto, maté a espada a vuestros jóvenes, junto con vuestros caballos capturados, e hice subir hasta vuestras narices el hedor de vuestro campamento; pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor.
11 Os destruí como Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón arrebatado de la hoguera; pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor.
12 Por tanto, así haré contigo, Israel; y porque te he de hacer esto, prepárate para encontrarte con tu Dios, oh Israel.
13 Pues he aquí el que forma los montes, crea el viento y declara al hombre cuáles son sus pensamientos, el que del alba hace tinieblas y camina sobre las alturas de la tierra: el Señor, Dios de los ejércitos, es su nombre.
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