Cuando algo sale mal o una persona es perjudicada en alguna situación, es natural que alguien resulte decepcionado. Como no todo el mundo encara los problemas de la misma manera, un desengaño puede ser el estímulo que faltaba para comenzar algo nuevo, o puede ser la mecha para provocar la ira.
“La ira puede ser vista como un sentimiento de protesta, un síntoma de inseguridad, timidez o frustración contra algo o alguien, y sucede siempre que la persona se siente herida o amenazada. Usted siente ira cuando no sabe lidiar con la frustración, cuando no acepta un no como respuesta o cuando las cosas no siguen de la forma como lo planeó. Es una reacción que forma parte de la naturaleza humana”, afirma la psicóloga y escritora Olga Tessari.
Este sentimiento involucra al individuo como si él estuviese actuando con justicia, pues, lo estimula a reaccionar contra algo que lo hirió. Sin embargo, termina provocando reacciones impulsivas, incluso agresivas.
“Si la ira no es expresada de la forma adecuada en la situación, puede causar muchos malos entendidos, peleas y confusiones, e incluso la ruptura de relaciones. En el momento en que la ira surge, el impulso inicial es querer herir a quien la causó, es por eso que muchos se lanzan a la pelea, revelan secretos o dicen palabras que saben que hieren y mucho a quien causó la ira”, dice Olga.
Por eso es tan importante que el individuo, a la primera señal de contrariedad en una situación, se aparte de aquello o de la persona que está causando la incomodidad y comience a observar tomando distancia, como si no estuviese sucediéndole a él. A partir de entonces, con certeza, tendrá más seguridad y control para posicionarse delante del problema y de la ira que sintió.”Antes de expresar la ira, dejándose llevar por el impulso y generando aún más problemas, es necesario apartarse de la persona o situación que la causó, calmarse y solamente después de eso expresarse, sabiendo explicar los motivos y, principalmente, sabiendo oír a quien causó el sentimiento. Para lidiar de forma positiva con la ira, la mejor manera es saber expresarla de forma positiva (afirmativa), no agresiva”, comenta la psicóloga.
Pero, vale recordar que, a pesar de que siempre es mejor no actuar por impulso, es siempre válido que se resuelvan las cosas antes de que se conviertan en asuntos pendientes cargados de emociones y de sentimientos que pasan a controlar la vida de una persona y la vuelven rehén de sí misma. El rencor que las personas guardan después de una decepción puede quedar acumulado y transformarse en odio.
Indignación que genera cambios
La ira es considerada un sentimiento negativo, que cuando es acumulado les hace mal a las personas, pero la indignación no. Como ejemplo, podemos tomar las manifestaciones populares que ocurren frecuentemente por diversos motivos de malestar social.
Algunos se aprovechan de la situación para exteriorizar una ira sin propósito. Sin embargo, la mayoría sale a la calle y logra transformar una indignación rebelde en reivindicaciones legítimas sobre cuestiones sociales.
Según Olga, bajo el aspecto de la injusticia, eso puede ser bueno, cuando revela la indignación delante de situaciones de desatención o de abuso. “Eso trae vigor y energía para que reaccionemos y colabora para que podamos cambiar la realidad”, completa.
Si ha sentido ira fácilmente y no logra controlarla, participe este viernes a las 8, 10, 12, 16 y especialmente a las 20 hs. en la Universal principal ubicada en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
Encuentre la dirección de una iglesia más cerca a su casa en http://localhost/universalantiguo2/direcciones