Mantener el ambiente agradable en el trabajo pasó a formar parte de las preocupaciones de las empresas en los últimos años. Los especialistas suelen atribuirle al líder la tarea de mantener el equilibrio entre ambiente de trabajo saludable y el buen desempeño del equipo.
El líder debe ofrecer desafíos a sus colaboradores de forma tal que estimule su motivación y, al mismo tiempo, le dé sentido a los desafíos ofrecidos. Al hacer eso, generará un fuerte vínculo entre el empleado y la organización, comprometiéndolo cada vez más.
Además, todo ser humano anhela la realización personal, cosa que solo ocurre si hay motivación, si la persona se siente parte de algo importante. Vale la pena recordar que la motivación es intrínseca, nadie puede motivar al otro, lo que sí puede hacer es estimular.
El rol del líder
El verdadero líder pone la realización de sus colaboradores en primer lugar y, con eso, genera un clima óptimo, con resultados excepcionales. De esta forma, el crecimiento y los aumentos salariales son consecuencias del legítimo interés por el trabajador. Los jefes o gestores, que no son líderes, no hacen eso, por lo que no logran una alta performance de sus dirigidos.
El líder “moderador” es aquel que busca que sus dirigidos hagan las cosas como él las haría, sin aceptar otras formas de ejecución. Si no logra convencer a su empleado de trabajar así, se vuelve autoritario.
El líder “afable”, en cambio, evita el conflicto a toda costa, con la excusa de mantener un clima agradable de trabajo. Como protege a sus dirigidos de personas o situaciones desagradables, hace que el equipo tenga dificultades en su crecimiento.
Lo ideal es estimular a los dirigidos y permitir que enfrenten situaciones difíciles, para que puedan desarrollarse y aprender a lidiar con los problemas, pero sin dejarlos “abandonados” en sus conflictos. El rol del verdadero líder es acompañar y guiar a los demás, amoldándose a los diferentes tipos de empleado para lograr compromiso y que cada uno de ellos dé lo mejor de sí por el bien de la organización.
Una estafa fue el acabose, sin embargo, la fe fue la salida
Rubén y Violeta vieron como su vida se destruía de un día para el otro, él quiso hacer un negocio, pero lo estafaron. Intentaba salir adelante pero se cortaba todo, así, tras la inminente separación, un familiar los invitó a la Universal. Llegaron cada uno por su lado y recibieron una orientación que los ayudó a reconstruir su economía y su familia.
“Teníamos cuentas por todos lados, no podíamos cubrir el pago del departamento y de los impuestos. Esto fue afectando a la familia. Nació en mí mucho odio hacia él, peleábamos y yo lo agredía físicamente, entonces, decidimos separarnos porque no teníamos ni para darle de comer a nuestros hijos”, cuenta Violeta.
Había una solución para la situación que estaban viviendo y la hallaron en la Universal. Cada uno llegó solo, recibió una orientación y decidieron luchar juntos. A través de su perseverancia en las reuniones de los días lunes las cosas fueron cambiando.
“No teníamos ni para el boleto, pero veníamos igual porque en cada reunión se producía un cambio en nosotros. Nuestra mente se fue abriendo y empezamos despacito a salir adelante. Usamos la fe y Dios nos dio no solo un departamento, sino otra casa y nuestro negocio propio. Hoy estamos bien, el matrimonio fue restaurado y la economía también”, afirma.
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