Las personas que usaron la fe cuentan los milagros alcanzados
La hipertensión, conocida también como presión alta, es una enfermedad silenciosa que afecta a los vasos sanguíneos, al corazón, al cerebro, a los riñones y, por ser silenciosa, muchas veces solo es descubierta cuando está en un estado bastante elevado.
Los principales factores que desencadenan la enfermedad son: tabaquismo, estrés, obesidad, sedentarismo y consumo de sal exagerado.
Para la ciencia, solamente un tratamiento médico permanente puede garantizar una vida de calidad al enfermo. Pero, por medio de la fe en el Señor Jesús, la consultora de ventas, Zeferina Cassiano Rabelo, de 54 años, obtuvo la cura de su hijo, Aleilson Rabelo de Barros, que sufría de hipertensión.
“Los médicos decían que no era normal que un muchacho de 22 años sufriera con presión alta y dijeron que no tenía cura. Fue cuando comenzamos a participar de la Sesión de Limpieza Espiritual, en el Cenáculo del Espíritu Santo de Manaos, y él fue curado. Regresamos al médico, mi hijo rehízo los exámenes y no apareció nada. Estoy muy feliz”, celebra Zeferina, al lado de su hijo.
El ama de casa Karina Santos de Almeida Maia, de 31 años, fue curada de un mioma de medio kilo en el útero. Ella sufría con muchos dolores y, en el período menstrual tenía un flujo sanguíneo intenso.
“Al hacerme un examen de rutina, descubrí el mioma en mi útero. El médico dijo que tenía que operarme para extirparme todo el órgano, por lo que ya no podría quedar embarazada. Recibí una invitación para participar de una reunión de fe en la Iglesia Universal del Reino de Dios, comencé a participar de las reuniones los martes y aprendí a ejercitar mi fe. Cuando regresé al médico, descubrí que estaba embarazada. Continué creyendo en mi sanidad y no faltaba a las reuniones. Mi embarazo fue normal. Después de que mi hijo nació, al realizarme nuevos exámenes, el mioma había desaparecido”, cuenta Karina.
Además de cura para las enfermedades, millones de personas que participan de las reuniones de fe también alcanzan la liberación espiritual. Es el caso del auxiliar administrativo Fábio Mendes Nunes, de 29 años, que dejó los vicios del alcohol y la cocaína. “Yo tenía el vicio del alcohol desde los 15 años. Comencé probando cocaína y permanecí en el vicio un año. Mi vida estaba totalmente destruida, no era feliz, ninguna de mis relaciones resultaba, siempre me involucraba con mujeres casadas y gastaba todo mi dinero en los vicios. Cuando comencé a hacer las cadenas los martes, me liberé de la dependencia. Naturalmente perdí las ganas de usar drogas y de ingerir bebidas alcohólicas. Hoy vivo en paz y puedo decir que Dios restauró mi vida en todos los sentidos, pues soy feliz de verdad”, contó.
Use su fe
Los martes es el día de la “Sesión de Limpieza Espiritual” en todos los Cenáculos del Espíritu Santo, a las 16 y 20 hs. No se quede afuera, busque la IURD más cercana a usted y limpie su vida de toda influencia maligna.