Raquel Giménez encontró la solución que necesitaba para salvar a su familia cuando enfrentaban un momento crítico, las dificultades económicas se habían agravado y esto repercutía en el matrimonio destruyendo lo más precioso que tenía, su familia.
Ella había tenido una vida muy dura, a los 15 años de edad sus padres la internaron en un hogar para que pudiera estudiar, creció soñando con una vida diferente y se casó con Silverio pensando que al formar su familia sería feliz, pero lejos de ser como esperaba, se encontró con una realidad muy diferente a sus sueños. Cuando estaba esperando a su hijo, estaba llena de ilusiones, pero él nació con problemas del corazón.
“Me desesperaba verlo enfermo, entonces fui a la casa de los espíritus a pedir ayuda, pero la situación empeoró, me volví nerviosa, depresiva, no lograba dormir a la noche y vivía con miedo y dolores de cabeza. Además, mi esposo se quedó sin trabajo y eso repercutió en nuestro matrimonio porque él se refugió en el alcohol.
Discutía con él porque la situación me superaba y descargaba el enojo y la frustración en mis hijos. Recuerdo que estuvimos tan mal que llegamos a vivir de prestado. Mi esposo también tenía problemas de la columna. Ya no soportaba más vivir así, confieso que en un momento pensé en abandonar mi casa con mis hijos”, cuenta al recordar esos momentos.
Era tanta la miseria que no tenían dinero ni para comprar algunos alimentos, en medio de la desesperación, escuchó la programación de la Universal y se acercó a buscar ayuda. Raquel participó de las reuniones y encontró lo que necesitaba, aprendió a usar su fe y fueron cambiando las cosas. Los problemas espirituales cesaron, su hijo y su esposo fueron sanados y el matrimonio fue restaurado. Dios la fortaleció y bendijo a la familia económicamente, lograron pagar todas las deudas y compraron una camioneta 0 km. “Perseveramos y Dios transformó mi vida y la de mi familia, ahora somos realmente felices”, afirma sonriendo.
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