Dios es justo, por eso, Él busca a personas sedientas de justicia. Esto no significa que deban ser perfectas, porque no hay nadie en el mundo que lo sea, sino que sientan el dolor de las injusticias y que, a pesar de estar viviendo en el pecado, quieran abandonar los malos caminos y hacer lo que es correcto.
Abraham es un claro ejemplo de lo que Dios busca en las personas. Él estaba viviendo en un ambiente idólatra y pecaminoso, pero, aun así, era fiel a su mujer. Esta particularidad nos demuestra que no estaba conforme con el tipo de vida que solían tener las personas de aquel lugar. Porque, a pesar de que su esposa fuera estéril y de que tenía el derecho de elegir a otras mujeres para tener hijos, prefirió renunciar a su descendencia y mantenerse fiel a ella.
Luego de ver su postura y su carácter, Dios le ordenó a Abraham que se alejara de aquel lugar.
“Pero el Señor había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te demostraré.” Génesis 12:1
De igual manera, Dios también habla con las personas que quieren alejarse del pecado y desean comenzar una nueva vida.
Salga del ambiente del mal, ¡y el Espíritu Santo le mostrará lo que debe hacer!