Por los problemas económicos que atravesaba, Mónica Ojeda estuvo a punto de suicidarse. “Mi vida económica estaba mal, vivía en una casa en la que llovía más adentro que afuera, no tenía para comer, vivía pidiendo prestado para darle de comer a mi hijo. El dinero no me alcanzaba ni para comprar una garrafa y tenía que encender fuego con lo que encontraba.
Lo extraño era que nunca me faltó trabajo, pero la plata se me iba de las manos, no me alcanzaba para nada”, recuerda.
Ella venía de una familia pobre y no quería pasar otra vez por eso, quería lo mejor para ella y su hijo, pero al no poder lograrlo, se sentía fracasada: “Pensé en suicidarme y lo intenté una única vez, quise tirarme de un séptimo piso, pero no pude, el balcón estaba enrejado”.
Un día, la invitaron a participar de la reunión que se realiza todos los lunes en el Cenáculo del Espíritu Santo: “El primer día que participé, empecé a ver las cosas de otra forma. Con el paso del tiempo logré prosperar, a través de la perseverancia logré cambiar mi situación por completo. Hoy tengo mi negocio, mi casa, puedo viajar, darme los gustos que quiero”, cuenta Mónica, mostrando que para quien busca a Dios, no existen las crisis.
Todos los lunes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20, los 318 claman para que la gente alcance la bendición económica de Dios, en Av. Corrientes 4070 – Almagro.