Usted está, y siempre estará, rodeado de personas. Cercanas o lejanas, cada una presenta oportunidades de aprendizaje. Es sorprendente cómo la mayoría no tiene conocimiento acerca de las personas. Pasa toda la vida maltratando, arruinando relaciones, cometiendo los mismos errores y poco mejora su manera de ser. Son pésimos observadores.
Podemos aprender con todo tipo de personas, pero increíblemente hay una tendencia de mirar solo a quien está a nuestro nivel. Las mayores oportunidades, sin embargo, están en mirar a quien está en una situación inferior o superior a la nuestra. Mirar a quien está peor que nosotros puede desafiarnos a ayudarlos. Y mirar a quien está mejor puede desafiarnos a ayudarnos a nosotros mismos. ¿Entiende por qué preferimos mirar a quien está a nuestro nivel?
No tenga miedo de mirar a personas que están en una situación mejor que la suya.
En vez de sentir envidia, bronca o indiferencia para con los exitosos, estúdielos. Observe cómo toman decisiones, cuáles son sus hábitos y actitudes, cómo abordan sus problemas y lidian con sus desafíos. Busque saber qué es lo que ya pasaron para llegar adonde están. Usted verá enseguida que no todos los que aparentan ser exitosos lo son; y que no todos conquistaron merecidamente lo que hoy tienen. Desconsidérelos.
Pero fije sus ojos en aquellos verdaderos guerreros que lucharon y pasaron por el infierno y hoy son ejemplos de vida. Aprenda con ellos. Imítelos.
Y en el futuro, usted será uno de ellos.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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