Oriana Pando: “Cuando era pequeña me sentía sola y despreciada. En la preadolescencia comencé a odiar a mi mamá. Aunque conocí la Universal desde chica, me deprimí.Crecí, veía salir a mi hermana y yo también quería hacerlo. Lo hice, andaba con personas que se drogaban y robaban. Estaba con ellos porque en casa sentía que no tenía cariño. Un día consumí solo para complacerlos, no se convirtió en una adicción, pero sabía que estaba mal. El vacío era tanto que me conformaba con estar ahí. Vi violencia y todo tipo de situaciones. Íbamos a comprar drogas y estuve en peligro varias veces. Me conformaba, pensaba que era lo que me tocaba vivir.
Comencé a trabajar y conocí a un hombre. Aunque decía que me quería, era violento y celoso. La violencia fue psicológica, pero no podía seguir así. Cortamos la relación y salí a bailar con mis amigas, pero esa noche, estuvieron a punto de sufrir un coma alcohólico. Al ver la vida que llevaba, me puse a llorar en ese mismo momento. Supe que la única forma de salir era entregarme a Jesús.
Volví a la Iglesia, pero apareció mi ex y yo no cambiaba. Lo único que hacía era llorar. Hasta que entendí que necesitaba luchar. Mi interior fue transformado, pude dejar lo que me hacía mal. De a poco, Jesús me transformó. Aprendí a valorarme como mujer. El odio hacia mi madre desapareció, ahora tenemos una buena relación. Solo necesito a Dios para ser feliz”.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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