Adriana Chirino logró convertirse en una mujer realizada en todas las áreas de su vida, el secreto fue aprender a usar la fe de manera inteligente. Ella se acercó a la Universal por curiosidad, pensaba que lo que enfrentaba era lo que le había tocado vivir, entonces no hacía nada para revertir su situación. Estaba depresiva, incluso había tenido intentos de suicidio por la pérdida de su novio.
Para ayudarla sus hermanas la llevaban a distintos lugares buscando ayuda, pero no sirvió de nada. “Al tiempo me casé para ser feliz pero vivíamos discutiendo, los dos tomábamos. Tuve a mi hija y todo empeoró, nos separamos. A todo esto mi mamá también se había separado y yo siempre sufría en mi vida sentimental”
Cuando la invitaron a la Universal, hizo las cadenas, aunque le costó mucho, siempre perseveró. Así, fue libre de lo que la había hecho infeliz. “Comencé a fortalecerme espiritualmente, pero no era sencillo, dudaba y desconfiaba, eso cambió a partir del momento en que tuve un encuentro con Dios. Ahí pasé a creer en el Altar, en lo que los pastores enseñaban y usé mi fe en los propósitos y en la Hoguera Santa”.
Entonces, obtuvo la paz que tanto necesitaba y comenzó a darle amor y atención a su hija. Su visión cambió y emprendió su propio negocio, una tienda de ropa. No se preocupó con su vida sentimental y Dios la bendijo con un hombre maravilloso con quien al año y medio se casaron y formaron una hermosa familia. “Hoy soy feliz, tengo una vida completa, gracias a Dios todo cambió un cien por ciento”, asegura sonriendo.
Ella concurre a la Universal de Florencio Varela ubicada en Av. San Martín 3054.
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