En una de las regiones con el menor índice de Desarrollo Humano (IDH) del estado de San Pablo, Vale do Ribeira, nació y creció Máximo Ribeiro. De familia de agricultores, comenzó muy temprano a trabajar en el campo, lo que le impidió ir a la escuela. Aprendió a leer y a hacer operaciones matemáticas con su padre – que, por su parte, había aprendido solo.
Después de muchos años, Máximo volvió a estudiar y pudo terminar los estudios a los 32 años. De allí en adelante, siguió estudiando. Se graduó en matemática y pedagogía, y ya hizo dos posgrados en el área de educación. A los 42 años comenzó a enseñar como profesor. Diez años después, se convirtió en el director de una escuela en la región donde nació.
Actualmente, Máximo tiene 55 años, y no crea que se quiere detener. Su objetivo es hacer de la escuela que dirige una referencia. “Es un trabajo complejo, que no será hecho en 1 ni 2 años, pero el primer punto es desear eso y despertarlo en los demás. No podemos conformarnos con estar en los medios de comunicaión, con la mediocridad”, destacó el director, que ya viene obteniendo resultados positivos, como por ejemplo, la metodología aplicada, que va a ser llevada a otras escuelas de la región.
Poder para cambiar
El tiempo no le impidió realizar a Máximo lo que parecía imposible en aquella altura de la vida. Lo que muchos desconocen – o si lo conocen no lo usan de forma eficaz -, es la capacidad que hay de cambiar sus propias vidas. Y para eso existen 5 poderes al alcance de todos.
El obispo Júlio Freitas explica que, independientemente del nivel social, cultural, económico o académico, todos tenemos acceso a esos poderes. Vea cuáles son:
Poder de creer: Todos nosotros podemos y debemos creer en nosotros mismos, y para eso es necesaria una auto inversión. “Tenemos el sorprendente poder de aprender, mejorar como somos y lo que hacemos y, consecuentemente, ser realizados y realizar a los que hacen parte de nuestra vida directamente, como familiares, amigos y conocidos”, destaca el obispo.
Poder de imaginar: El obispo recuerda que todo comienza en la imaginación. “Ya llegamos a otros planetas porque fuimos capaces de imaginar, mirar al cielo estrellado, a los planetas distantes y pensar: “¿Cómo será pisar la luna?” Por eso, use y abuse de su capacidad de imaginar.”
Poder de amar: “El amor transforma, especialmente a nosotros mismos. Cuando comenzamos a amarnos, como, por ejemplo, a nuestros valores, mostrando respeto, consideración, gratitud, valorando nuestros principios, aptitudes, talentos y virtudes, germina dentro de nosotros un deseo de hacer más y mejor por nosotros mismos, de alcanzar la mejor versión que podemos en este mundo”, destaca el obispo.
El poder de perdonar: El secreto para un corazón saludable y un espíritu optimista es perdonar. El obispo resalta que cuando nos perdonamos y perdonamos a otros, nos convertimos en personas más felices, alegres y optimistas.
Poder de sacrificar: Hablar de sacrificio es olvidar la facilidad. A través de él los objetivos y sueños considerados imposibles pueden alcanzarse.
Pero hay un poder que se destaca de todos los anteriores. Y entra en acción cuando, incluso usando los 5 poderes mencionados anteriormente, la vida es una sucesión de frustraciones. Es el poder de la fe inteligente. “Ese poder hace que usted busque a Dios, que le da sentido a todas las áreas de su vida, por medio del uso debido y blindado de esos 5 poderes”, concluye el obispo Júlio.
Invierta en su fe y verá que nada podrá impedirle alcanzar la vida que siempre soñó.
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