Es fácil reconocer a alguien depresivo, ¿no es verdad? La tristeza, el desánimo y la soledad. Las señales que indican una depresión son conocidas por casi todas las personas. Sin embargo, hay una modalidad de enfermedad más peligrosa que la que conocemos y sus síntomas son casi imperceptibles.
Un artículo escrito por Olivia Remes, especialista en ansiedad y depresión de la Universidad de Cambridge, clasifica esa depresión atípica como la “depresión sonriente” y afirma que es la clase más peligrosa que existe.
El peligro de esta depresión reside precisamente en no presentar los 10 síntomas típicos de depresión. Al contrario, las personas que sufren con esa modalidad de enfermedad generalmente se muestran alegres cuando están en grupo: sonríen, trabajan y conversan. Pero cuando están solas son invadidas por los sentimientos de angustia y los pensamientos de suicidio.
“Los síntomas están enmascarados frecuentemente por las falsas demostraciones de felicidad y porque, muchas veces, estas personas aparentemente no tienen motivos para estar deprimidas: tienen un trabajo, una casa, amigos e, incluso, una pareja e hijos”, describe la especialista.
Preste atención para saber reconocer la depresión sonriente
Los síntomas que generalmente se presentan en estos depresivos, pasan desapercibidos con frecuencia. Al no llamar la atención, hacen difícil el diagnóstico y el tratamiento. Remes indica las siguientes señales:
1- Aumento de peso: Ese aumento de peso no es rápido, generalmente, no representa un riesgo para la salud. De esa forma, nadie se preocupa por ver que un amigo “tiene unos kilitos de más”;
2- Sueño durante la noche y durante el día: La depresión típica, a menudo les quita el sueño nocturno a sus víctimas. De esa forma permanecen cansadas durante el día. En cambio, la depresión sonriente permite que la persona duerma toda la noche, pero mientras tanto, hace que siga con mucho sueño durante el día;
3- No acepta críticas: Lo que puede parecer arrogancia, esconde una baja autoestima. Estos depresivos reaccionan mal delante de las críticas y los rechazos, por eso da a entender que son prepotentes. En realidad, intentan protegerse de sentirse inferiores, aunque de manera subconsciente;
4- Miembros adormecidos: La falta de sensibilidad en las piernas y en los brazos es constante en los depresivos. Nadie a su alrededor nota el entumecimiento y la víctima casi nunca habla sobre eso y, cuando lo hace, no recibe tanta atención;
5- Sonrisas y alegrías: El síntoma que hace más difícil la percepción de una depresión es la alegría pasajera. Una buena noticia le levanta el ánimo al enfermo. Sonríe con sus amigos, festeja. Pero cuando está solo esa alegría se va. Y es allí donde vienen los pensamientos de suicidio.
La evidencia de que algo está mal
Al presentar síntomas tan difíciles de notar, los depresivos sonrientes piensan que nadie les presta atención. Para ellos, es evidente que algo está mal. Pero el hecho de que los demás no se den cuenta y no le ofrezcan ayuda, les provoca un sentimiento de soledad e inexistencia.
Sus compañeros ven a alguien que tiene un empleo, una familia, amigos y sonrisas. No se imaginan que allí se esconde una depresión.
La escritora Núbia Siqueira explica que esa enfermedad “quita las ganas de vivir y hace que la vida pierda completamente el sentido. Esto ocurre de una manera en la que la familia, la profesión, el dinero o los amigos pierden el significado”.
Por lo tanto, la persona tiene todo para ser feliz, pero no lo logra.
“Y, en el auge de la angustia, vienen los pensamientos de suicidio”, relata Núbia. “Pero hay una cura para ese dolor, sea cual sea. A fin de cuentas, Jesús dijo que ‘… al que cree TODO le es posible’ (Marcos 9:23). La palabra ‘TODO’ incluye la restauración completa de su alma, de su cuerpo y de su vida en todos los sentidos”.