Hay una escena típica: primero discuten y después, enojados, buscan un culpable para esa situación y solo se les ocurre culpar al otro. Lo que podría haberse resuelto en el momento se convierte, en una pelea recurrente. ¿Por qué es tan difícil para la mujer reconocer que se equivocó?
Sería mucho más fácil que cada uno reflexionara y cambiara lo que sea necesario. Según la psicóloga Marisa de Abreu, existe una falsa sensación de alivio al creer que siempre es el otro el que se equivoca, por eso insiste en cambiar al otro y no a sí mismo. “El precio de esta sensación puede ser tanto el fin de la relación o la forma de mantener algo completamente disfuncional”, explica.
Cómo saber si debo cambiar
Usualmente suele haber cierta resistencia a los cambios, sin embargo, es necesario dejar de lado comportamientos y pensamientos nocivos. “Esperar que el otro cambie o haga algo por su bien puede ser muy cómodo. Por eso, iniciar el cambio en uno mismo exige buenas dosis de energía y disposición, pero siempre vale la pena”, afirma la psicóloga.
Comience hoy, no necesita que su matrimonio esté en crisis para mejorar como persona. Cuando su compañero le señala una falla, quiere ayudarla a ser una mujer mejor.
Por esa razón, la autora Nanda Bezerra destaca que aceptar las críticas y reconocerlas no es sencillo. “Por ejemplo, si le dijo que es orgullosa, en lugar de ponerse mal, piense si es verdad y pregúntese cómo debe proceder para cambiar”. Para que el cambio se produzca es necesario ser humilde. “A veces, Dios está mostrando verdades, usando a las personas para decirle algo, y no lo quiere aceptar. Pero sepa que ese sacrificio es necesario en nuestras vidas, todos los días”, concluye.
Errores comunes
• No tener iniciativa o tener demasiada e imponerse
• Asfixiar a tu pareja por miedo al abandono
• No cuidarse o preocuparse demasiado con su apariencia y no ser interesante
• Reprochar por todo y culpar constantemente a su pareja
• Sentirse inferior a las otras mujeres
• Ser orgullosa y nunca reconocer sus errores
• Ser egoísta y preocuparse solamente consigo misma
• Anularse y vivir en función de su marido
• Comparar a su marido con otros hombres
• Priorizar a los amigos y familiares en lugar de invertir en el matrimonio
“Estábamos dispuestos a luchar por la felicidad”
“Nuestra vida era muy triste, la vida sentimental era un desastre. Yo estaba en plena separación del padre de mi hijo. Empecé a luchar por mí, por curar mi corazón, por cambiar”, dice Andrea. “Había soledad, tristeza y angustia”, agrega Omar que había sido abandonado por su pareja.
Ellos se conocieron en la Terapia del Amor, presentamos su noviazgo a Dios, pues se dieron cuenta de que tenían los mismos objetivos y se casaron. “Empezamos otra etapa en la vida sentimental y seguimos participando de la Terapia del Amor porque aprendemos día a día a ser felices”, finaliza Andrea junto a Omar.
Todos los jueves a las 16 y 20 h te esperamos en la Terapia del amor, Av. Corrientes 4070, Almagro.
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