Nació hebreo, pero adoptó una identidad egipcia de joven. Esa dualidad es la principal responsable por los conflictos vividos por el joyero Uri en Los Diez Mandamientos. El actor Rafael Sardão, que interpreta al personaje, explica que la personalidad de Uri está marcada por el materialismo de la cultura egipcia.
“De cierto modo, él está contaminado por la visión egipcia. Su característica principal es el materialismo. Uri está apegado a los lujos y las riquezas que Egipto ostenta. Por eso tiene dificultades en aceptarse como hebreo”, opina el actor. A pesar de eso, Uri está casado con la hebrea Leila (Juliana Didone), con quien tiene a Bezaleel (Igor Cosso).
Fe en conflicto
El dilema religioso está presente en la historia de la pareja desde el inicio de la trama y genera peleas y falta de comprensión. Mientras Leila desea mantener las tradiciones de su pueblo, Uri parece más inclinado al culto a los dioses egipcios. En la segunda fase de la novela una situación puso aún más en evidencia las diferencias de opinión entre los dos. Después de ser descubierta como la responsable por haberle revelado a Moisés su verdadero origen, Leila fue expulsada del palacio de los egipcios. Aun acostumbrado al confort del lugar, Uri decidió irse con su esposa e hijo a la villa de los hebreos.
“Uri sufre mucho con ese cambio de vida. Él se encontró en una encrucijada y tuvo que decidir entre su familia y la riqueza y el estatus de joyero. Uri se crió en el palacio, no estaba acostumbrado a las dificultades enfrentadas por los hebreos en la villa”, explica Sardão. Finalmente, Hur (Floriano Pexoto) invita a Uri al palacio para que lo ayude en la confección de joyas, ignorando la opinión de su esposa, que teme dejarse seducir por la vida lujosa de los egipcios y alejarse de Dios.
Sardão destaca que el conflicto familiar provocado por la diferencia de creencias es algo actual. “La novela va a mostrar hasta donde puede llegar una relación cuando no se resuelven las diferencias”.
Fuente: Folha Universal
Creencias diferentes
La divergencia de creencias entre hombre y mujer es un asunto que se encuentra en la Biblia, en el libro de Reyes, que cuenta la historia de Salomón. Hijo del Rey David y Betsabé, Salomón se convirtió en un importante rey de Israel. Subió al trono siendo joven y, debido a esa falta de experiencia, pidió que Dios le diera sabiduría para gobernar, y fue respondido. A pesar de ser un hombre sabio, Salomón provocó su propio fracaso debido a su unión con mujeres extranjeras, que lo llevaron a seguir otros dioses. “Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales el Señor había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor.”, (1 Reyes 11:1-2).
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