La Organización T-Ayudo trabaja de manera sostenida con los más necesitados de todo el país mediante la donación de alimentos no perecederos, ropa, artículos de higiene, útiles escolares y otros productos, así cubre las necesidades existentes en diferentes comedores comunitarios, escuelas, hospitales, asilos de ancianos, hogares de niños y centros para adultos con capacidades diferentes. El área social cuenta con la ayuda invaluable de los fieles y de todas las personas de buena voluntad que sin distinción de credo contribuyen en forma desinteresada y solidaria con las tareas de T-Ayudo permitiendo que se lleve esperanza a los sufridos, y muchas veces excluidos de la sociedad por las angustiosas situaciones físicas, económicas, morales y espirituales que vivencian.
La ayuda a las personas en situación de calle también es una de las actividades que desarrolla la Organización T-Ayudo. Periódicamente los voluntarios recorren las plazas y las calles de todo el país para dar un alimento, una bebida caliente y una palabra de fe que puede sacarlos de la situación en que se encuentran. Conozca las historias de exmendigos que escucharon y pusieron en práctica la Palabra de Vida.
Jorge Cardozo: “Todo comenzó por un problema que tenía en casa, de repente cuando iba para mi lugar de trabajo, me encontré en la plaza con un grupo de personas sin hogar y decidí quedarme con ellos. Salía a pedir comida en los restaurantes y también salíamos a robar para comer. Tuve un tumor cerebral, estuve casi 7 meses internado.
Cuando conocí la Universal, estaba en un estado deplorable. Llegué en una campaña dejé todo lo que tenía, que era para comprar alcohol, en el Altar creyendo que Dios podía cambiar mi vida. Pasó el tiempo, logré salir de la situación de calle y ahora tengo hoteles y gente que trabaja para mí”.
Víctor Pérez: “Soy periodista y locutor, tengo veinte años de profesión, la vida me jugó una mala pasada. Por dos meningitis tuve que estar internado siete meses, la medicación que me daban hizo que estuviera al borde de un ACV. Esta enfermedad no me permitía hablar bien, quedé fuera del mercado laboral y fui a para a la calle. Allí, los sueños se congelan, la esperanza duerme junto a nosotros, es una lucha cada día que uno despierta.
En una plaza me invitaron a la Universal, fui, estaba jugado, a partir de ese momento comencé un nuevo camino. Se me abrieron las puertas para volver a los estudios de una radio. Tengo una nueva realidad después de haber sufrido tanto”.
Walter: “Tengo 58 años de edad y a raíz de una clausura municipal del Gobierno de la Ciudad me quedé sin trabajo. No pude seguir alquilando donde estaba viviendo, estuve 15 días en situación de calle durmiendo en la estación de Retiro. Pedí permiso para dormir allí y me dejaron mientras estuviera en un sector determinado. Todos los días caminaba por toda capital buscando trabajo, soy cocinero de comidas elaboradas. Hasta que conocí a alguien que viajaba a Rosario. Esa persona me invitó a participar de la Universal. Se me habló de rehacer el currículum, pedí oración para que consiguiera trabajo y volví a Retiro. Al día siguiente lo llevé y allí trabajo hasta el día de hoy”.
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